Lo dicen las tapas de los diarios y los títulos catástrofe de todos los portales web: la inflación de 2019 ya está por encima del 20 por ciento y terminará el año cruzando la temida barrera de los 30, el desempleo trepó al 10,1% de la población laboralmente activa y ya hay más de 2 millones de desocupados, y la pobreza se disparó al 33, 6% de los que vivimos en este bendito país: según la UCA, la Pontificia Universidad Católica Argentina, 13,6 millones de personas han caído en esa desesperante situación. Y hay más: los alimentos de la canasta básica subieron un 58,3 por ciento en los últimos 12 meses, ya se necesitan 31.148 pesos para no ser pobres y 12.410 mangos para no caer en la indigencia. Desde marzo, el salario mínimo, vital y móvil se ubica en los 12.500 pesos.
Está brava la cosa. Muy difícil. Extremadamente dura. Para todos. Para los pibes, para los grandes, para los sufridos jubilados, para los profesionales, para los empleados, para los eternos remadores, para los obreros, para los operarios, ni hablar para los que no tienen ni consiguen laburo. Y también para los artistas, que últimamente han levantado la voz para manifestar que la vida, como a muchísimos más, se les fue al descenso. Algunos contaron sus dificultades para sostener la diaria. Comer, vestirse, viajar, distraerse un poco.
Aun con laburo, pues se sumó al elenco de la fenomenal y disruptiva El marginal, Ana María Picchio sufre las consecuencias de la malaria. “Estoy en una situación económica bastante difícil. Desde hace un tiempo ya. Y lo puedo repetir hoy. Sí, tuve trabajo, pero ya se terminó. El teatro se terminó, y El marginal sale ahora al aire, pero ya lo hicimos y lo cobramos. Entonces estoy tratando de no gastar un peso de más, pero un peso, eh…", afirmó.
"NO ESTOY ACOSTUMBRADA A VIVIR ASI. NO SOY DE TIRAR LA PLATA, PERO TAMPOCO UNA MISERABLE. YO VOY POR LA CALLE Y VEO QUE LAS COSAS ESTAN MUY MAL", ARGUMENTA ANA MARIA.
"Y no estoy acostumbrada. Porque no soy una despilfarradora, nunca lo fui, pero tampoco soy una miserable. Y sinceramente, me la estoy viendo bastante en figurillas para sobrevivir, como decía mi mamá. Yo voy por la calle y la gente me dice hable de nosotros, de cómo la estamos pasando, y yo les digo claro que lo voy a hacer”, le contó la actriz a Catalina Dlugi en Agarrate Catalina, el programa que va los sábados de 12 a 14 por la AM 1110.
En El marginal, Picchio interpreta a la directora general de cárceles y juega fuertes escenas con Gerardo Romano. Algunos dijeron que se inspiró en la ministra Patricia Bullrich para componer el papel: “Cuando me llamó Sebastián Ortega y me dijo: ‘Anita tengo un papel para que hagas en El Marginal’, yo me pregunté: ‘¿Yo, ahí? ¿Y qué voy a hacer?’. El me dijo que el personaje era lindo y para mí, que hacía meses que lo venían escribiendo pensando en mí".
"Un día después de arreglar, un carnicero me dijo: ‘Leí que va a trabajar en El marginal. La van a violar, la van a matar. No saben lo que es esa gente. ¿Usted sabe dónde se va a meter?’. La gente los conoce bien y cree que todo es de verdad. Y yo también, eh… Yo pensé que eran presos, nunca que eran actores elegidos en un casting. Es raro trabajar en la cárcel”, dijo.
“La repercusión es impresionante. Ahora el carnicero dice: ‘Ahí viene la directora de cárceles’. Y los pibes de 15 o 16 me reconocen en la calle. Estoy llegando a un nuevo público, y mi nieta dice que sus amigos ahora quieren ser mis nietos”, cerró.
