Tiene su personalidad. Está claro, pues, más allá de que la sociedad transita una etapa de cambios y los prejuiciosos aflojaron con sus permanentes elucubraciones, lo cierto es que para tatuarse como Candelaria Tinelli (27) hay que sentirse muy segura de sí misma. Porque aparte de generar debates por el simple hecho de ser la hija de uno de los conductores televisivos más famosos del continente, arriesgarse a estar en contacto tan a menudo con las agujas también podría ser peligroso para la salud. Por un tema de profilaxis, obviamente. De todos modos, se nota que Cande, con rebeldía y vuelo propio en el terreno artístico, hace la suya. Con pasión.
Y así como en su momento se declaró súper enamorada de Franco Masini (23) y al separarse le dedicó algunos tuis filosos que rozaron lo agresivo, Cande, la oveja negra del clan Tinelli, ahora se puso la camiseta de un nuevo amor. ¿De quién se trata? De otro integrante de las esferas de poder, desde luego. Se trata de Luca Bonomi, de 24 años. Tal vez el apellido no le suene tanto porque en realidad el joven no tiene una relación muy cercana con los medios, pero es ni más ni menos que el hijo del dueño de una de las marcas de ropa más prestigiosas del país: Herencia Argentina, antes Kosiuko. Aparentemente, el que ofició de Cupido en este nuevo romance de Cande fue su propio hermano, Francisco, que es amigo de Luca y los presentó. Si bien –según algunos medios– la joven todavía no descartaba la posibilidad de reconciliarse con Masini, los intentos de acercamiento no arrojaron los resultados esperados, al punto de que habrían dejado de hablarse. Este escenario propició el desembarco de Luca en el corazón de Cande, que está metida de lleno en lo que viene y enterró definitivamente lo vivido en el pasado.
Cande se olvidó de Masini
Lucas es el chico con el que se la vio chapando
