Es una actriz de raza, de esas que aman la profesión. Una apasionada de su trabajo y del bajo perfil. Posturas que parecen antagónicas. Hoy, cuando la vida del famoso parece estar expuesta desde el lado que se la mire, sobre todo con las redes sociales tan presentes, Eugenia Tobal (43) busca la manera de mantenerse al margen y no estar en el ojo de la tormenta.
Hace memoria, retrocede en el tiempo y encuentra que le pasaron cosas bastantes significativas en su vida como para detenerse en ciertas cuestiones. Momentos que la marcaron, como la controvertida separación de Nicolás Cabré al poco tiempo de casarse y la pérdida de un embarazo. “No soy de manifestarme públicamente sobre cuestiones que no tienen que ver con mi trabajo. Tengo mis opiniones y me las guardo para conversarlas puertas adentro. Lo mismo me sucede con la política. Trato de no hablar de lo que no sé y de la gente que no conozco. Por eso no opino. Tengo 43 años y me han pasado muchas cosas en lo personal. Lo que fue conocido y lo que no. No me gusta referirme a cosas feas, no tiene que ver conmigo. No voy a hablar de algo que no transmita amorosidad. Pregono el amor”, le contó a La Nación. En la misma línea, contó por qué no es parte del colectivo de actrices. “Respeto todas las opiniones y las voces que se alcen. Hoy por hoy tengo otras luchas donde pongo mi voz y mi energía”.
La actriz, que brilla en Campanas en la noche, la tira que se emite por Telefe, transita otros caminos desde que conoció a Francisco García Ibar (37), el hombre que la tiene enamorada y siempre con una sonrisa. Con la cabeza erguida y la mirada al frente, no quiere saber nada de su pasado que la vincula a Cabré, y apuesta a un futuro distinto de la mano de Francisco. “Tuve una vida antes y tengo una vida ahora. Lo que sucedió fue a pesar mío y lo banqueé como pude. Hoy, lo que me pasó es vintage, pero fue un gran aprendizaje. Mi mamá está peleando contra un cáncer, entonces me importan otras cosas. Lo único que importa es que la vida se puede apagar en un segundo”. Más allá de que siempre cuidó la relación amorosa, de a poco va mostrando, a cuenta gotas, que su corazón late de amor. “Francisco es un ser elevado. Las personas que tienen vínculo con los animales y la naturaleza tienen otra visión de la vida. Con él estuvimos como 4 o 5 meses como amigos. No había tensión sexual ni nada por el estilo. Yo estaba en otra etapa de mi vida, enfocada en cosas personales. Hizo un trabajo fino. Fue medio como dándose, fue muy lindo”. ¿Ganas de ser madre? “Es un deseo. Las mujeres tenemos diferentes tiempos, hay que estar intentando”. Y si de disfrutar se trata, qué mejor que irse de vacaciones para renovar energías y afianzar ese amor con su novio.
¡Vacaciones! Con todos los capítulos de Campanas en la nochegrabados, sin compromisos laborales a corto plazo, Euge aprovechó este momento para armar las valijas y volar rumbo a México. El primer lugar elegido fue Isla Mujeres y luego paso por la isla Holbox. Lugares paradisíacos que le dan vida al Caribe mexicano. El agua turquesa, la arena blanca y una tranquilidad que transmite paz y armonía. Por supuesto, su belleza no pasó inadvertida. Detrás de esa mujer seria, que busca pasar lo más desapercibida posible, se esconde una de las mujeres más bellas del país. La rubia desplegó toda su sensualidad, mostró sus curvas en bikini y dejó a más de un turista con la boca abierta. Por supuesto, como no podía ser de otra manera, la pareja no dejó de visitar el esplendor de Chichén Itzá, donde se encuentran las pirámides y ruinas mayas. Ese paseo que lleva al turista a lo más profundo del pueblo maya y sus creencias.
Eugenia Tobal disfrutó de sus vacaciones
Eugenia Tobal arriba de una palmera
