Varones y mujeres de la patria: tranquilos. No pasó nada. Pueden dejar su ritmo cardíaco en paz, pues sólo se trató de una falsa alarma. Finalmente, aquellas noticias que corrieron como reguero de pólvora no se concretaron y Karina Olga Jelinek, una de las mujeres más sensuales y deseadas del país, acaso la soltera más codiciada de la Argentina y por qué no la Kim Kardashian de las pampas, no sólo no se casó: sigue soltera y a la espera de que llegue alguien que seduzca, conquiste y alegre su corazón.
Las novedades surgieron hace unos quince días cuando, de la nada, se dijo que la morocha estaba disfrutando “su despedida de soltera”. Según lo que se decía en ese momento, un hombre le había arrancado el “sí, quiero” y estaba a punto de transformarla en su esposa. Misteriosamente, no se dieron datos del caballero en cuestión ni de la supuesta boda que tendría lugar en los días siguientes.
Pero muchos medios se hicieron eco y en cuestión de horas “medio país” estaba hablando de las “segundas nupcias” de la cordobesa, quien en su primer paso por las lides matrimoniales vivió todo un terremoto mediático de insospechadas dimensiones y consecuencias al lado de Leonardo Fariña. Las redes sociales hicieron lo suyo y de buenas a primeras la Jelinek se estaba por casar, algo que por ahora no sucederá.
Paparazzi se comunicó con la modelo, quien acaba de regresar a la Argentina luego de pasar un tiempo de trabajo y paseos por distintos destinos de Europa. El verano europeo la dejó bronceada y solita. En un primer momento, intentó explicar qué había sucedido. “Un muchacho al que había conocido me sorprendió totalmente y me propuso matrimonio. Fue tan convincente y tan especial que me hizo dudar, por eso demoré mi respuesta”, contó ella aquella vez.
Pero los tiempos se superpusieron y, con la proximidad del regreso a la Argentina, la popular “KJ” tuvo que tomar una decisión: se casaba y se quedaba en el Viejo Continente o rechazaba el ofrecimiento y seguía sus días entre tiras de asado e interminables rondas de mate. En su perfil de WhatsApp, hace unos días, puso una foto en bikini pero con un velo blanco recubriendo su rostro. De alguna manera parecía dar la pista de que se había casado. En ese momento se dio este diálogo esclarecedor.
–La foto con el velo, ¿es un indicio de que finalmente te casaste?
–Noooo, jaaaaa. No me casé. Al final no acepté.
–¿Qué pasó?
–Nada. No me convenció, y esta vez no quiero equivocarme.
–¿Pero el muchacho es tu novio?
–No, sigo soltera.
Misterio develado e incógnita resuelta, entonces. Porque después, ella –como casi siempre– pidió “reserva para cuestiones de su vida privada”, porque algo cuenta pero también mucho esconde. Igual, antes de despedirse dejó otra de sus frases tan representativas, de esas que muchas veces dejan huella y marcan estilo: “Mi vida es una película cuyo argumento es vivirla a toda turbina”. Como en muchas películas y novelas, iba a haber casorio… pero al final se frustró.
