Para contar cronológicamente cómo nació la historia de amor entre Gisela Bernal (32) y Eros Medaglia (23) será necesario remitirse a abril de 2015, cuando, de un modo u otro, la bailarina tuvo que dar por terminada una añeja relación en medio de un gran escándalo. Fue cuando Ariel Diwan, que estaba en pareja con la jujeña, tiró una bomba mediática en televisión anunciando que estaba siendo víctima de un gran engaño por parte de su amada. Y no se refería, por supuesto, a la existencia de un amante. Su denuncia fue mucho más grave. “Ian, el hijo de Gisela, no es mío”, aseguró Diwan en el piso de Intrusos, donde más de uno lo miró sorprendido porque llevaba un vínculo bastante extenso con Bernal, y todo el mundo, periodistas, colegas y opinión pública, consideraba que él era efectivamente el padre del pequeño Ian, que por entonces tenía apenas 2 añitos. Con semejante lío que se armó después de las declaraciones de Diwan, lógicamente, el romance terminó. Y le dio paso a una batalla mediática y legal, mediante la cual la pareja se disputó los bienes que había adquirido mientras compartió el mismo techo. Incluso, el ex socio de Flavio Mendoza demandó penalmente a Bernal por “sustitución de identidad”, una causa que se abrió pero que finalmente no llegó a nada, pues la Justicia decidió absolver a la bailarina. “Haberme sometido a esta investigación y estar a derecho de la Justicia es importante, y este es el resultado, así que estoy muy contenta”, reflexionó Gisela una vez enterada de la resolución de los jueces. Luego, continuó: “Esta persona (por Diwan) me denunció civil y penalmente. Se presentaron testigos y todos los testimonios fueron coincidentes con lo que decía yo. Las cosas por suerte salieron muy bien. También se mostraron informes médicos de Francisco (por Delgado, el papá biológico de Ian) porque se pensaba que él no podía tener hijos. Todo ese proceso llevó más de un año”.
Justamente, al producirse la separación de Diwan, Delgado regresó de Ecuador, donde trabajaba conduciendo un programa de televisión, para darle el apellido a Ian. Una vez aquí, el trato con Gisela se fue aceitando y más de uno imaginó que tal vez se reflotara la atracción y pudieran darle forma a un nuevo capítulo de la historia que alguna vez habían iniciado entre ellos. Sin embargo, eso no ocurrió. Ni tampoco se le conocieron a la bailarina parejas nuevas, por lo menos oficialmente, más allá de haber tenido alguna relación exprés de esas que jamás salen a la luz. Hasta que el amor, otra vez, se cruzó en su camino. En forma de hombre, claro. Futbolista, de 23 años. Se llama, como citamos líneas arriba, Eros Medaglia. Y se conocieron por un amigo en común que los presentó.
Fue en octubre del año pasado cuando decidieron blanquear el romance con la modalidad que más se utiliza en la actualidad: usando las redes sociales como vía de comunicación. Si bien publicaron algunas imágenes que bastaron para documentar que la cosa entre ellos va en serio, como, por ejemplo, besándose, también se dedicaron diferentes halagos a través de diversos mensajes. Más adelante subieron fotos de unas vacaciones juntos en Punta del Este, las cuales concluyeron una vez que arrancó 2018 porque Medaglia, que estaba sin club, tenía pautada una prueba en el Club San Miguel, que milita en la tercera división del fútbol argentino y está en la localidad bonaerense de Los Polvorines. Para alegría de Gisela, Eros superó el examen y firmó contrato. Una gran noticia para la jujeña, que dentro de poco tiempo tal vez tenga la suerte de ver a su novio dentro de un campo de juego. Porque ella lo define así: “Un jugador de toda la cancha”.
Felicidad plena
Un amor que sigue creciendo
