Bake Off volvió a la pantalla de Telefe con un éxito moderado, incluso ha despertado preocupación entre las autoridades del canal por la diferencia en atracción en el público respecto a sus dos ediciones anteriores y ni hablar por las exiguas mediciones en comparación con La Voz Argentina y MasterChef.
El reality transita por su cuarta semana al aire, pero ya ingresó en la recta final en las grabaciones de los episodios, lo que abre las puertas a un momento tenso, de mucha planificación y de mucha organización para la producción.
En la última temporada, Bake Off sufrió una filtración de la ganadora, Samanta Cassais, lo que desató una oleada de críticas, de campañas en su contra en las redes sociales y tal fue la presión del público que tuvieron que aceptar que rompía con las reglas y realizar de nuevo la final.
Inmersos en este tramo decisivo, se filtró la gran novedad que la gala definitiva, la que consagrará al campeón de Bake Off se llevará a cabo este lunes 11 de octubre. Y para evitar que brote a la luz algún detalle, la producción ya armó una estrategia tremenda.
La idea consta de custodiar a pleno todo el material grabado, seguir cada eslabón de la cadena de edición, así como procurar que los participantes guarden silencio. Una atención extrema para no caer en los errores del pasado.
Además, se supo que Damián Betular solicitó apurar la filmación de esta final porque el 18 de octubre ya se sumergirá en MasterChef 3 y necesita una semana para organizar unos compromisos con su rol en el Palacio Duhau.
