El amor que despierta la llegada de un hijo es definitivamente único e incomparable, pero eso no siempre implica que a la madre primeriza la esperen tiempos plagados de rosas y sin ninguna espina. Cambia todo. Los horarios, el sueño y, por supuesto, también el humor y hasta la autoestima. Y en casos puntuales, como por ejemplo el de Adabel Guerrero, las consecuencias de este giro tan radical en su vida impactaron fuertemente en su estado de ánimo.
Inclusive, su relación con Martín Lamela, el papá de su beba recién nacida, entró en una etapa difícil, conflictuada, al punto de motivarla a tomar distancia temporariamente de las redes sociales, una vía de comunicación a la que la bailarina apelaba frecuentemente para estar en contacto con sus fans. “Llegue a llorar 24 horas por día”, reconoció la ex participante del Bailando por un Sueño para describir lo que fue para ella el denominado “período post parto” tras el nacimiento de Lola.
“El embarazo fue complicad porque tenía picos de presión. Estábamos esperando un parto normal pero me tenía que ir a tomar la presión hasta dos veces por día”. Acerca del sobrepeso que le generó la maternidad, Adabel admitió que “llevó con orgullo los cuatro kilos demás por haber sido mamá. Es el mejor momento de mi vida, más allá de todo”.
Luego se refirió al vínculo con conyugal con Lamela y contó detalles muy singulares: “Dos semanas antes del nacimiento de Lola la internaron a la mamá de Martín por un problema pulmonar. Eran momentos de mucho estrés porque no sabíamos si la abuela iba a llegar a conocer a su nieta. Martín volvía del hospital y yo le pedía que se pegue una ducha antes de entrar. Que me digan loca, pero es mi vida y la de mi hija”.
La bailarina dijo lo suyo en la mesa de Mirta.
Fue la primera vez de Lola en cámara.
Ada no se despega de su hija.
