Mientras crece el escándalo entre Eduardo Celasco (54) y Mercedes Sarrabayrouse por los millones que hay en juego entre bienes y dinero en efectivo, el ex yerno de Susana hace su juego. Se aleja del conflicto y espera con los brazos abiertos que la Justicia le haga un guiño. Mientras estuvieron juntos cosecharon una fortuna, y Eduardo reclama su parte, lo que cree que le corresponde. Ante esto, la diva lo cruzó, diciendo que en todo caso la plata es de ella y que la hizo trabajando para ella. Mientras espera que el juicio que llevan adelante tenga una sentencia, Celasco se enfoca en rehacer su vida amorosa. De corazón inquieto, como un picaflor, va de acá para allá sin encontrar a la indicada. A esa mujer que reemplace a Mecha.
Desde que se separó de la marplatense Vito Rodríguez, con quien estuvo ocho años, rápidamente buscó refugio en Manuela Fernández. A la pareja se la vio a fines del año pasado pero, apenas salieron las primeras fotos, la relación finalizó. Tan fugaz en su vida como la que apareció el pasado mes. Sin tiempo para deprimirse, el muchacho agarró la autopista que une Buenos Aires con La Plata para caer rendido en los brazos de Florencia Fiorini, una joven de 29 años que vive en City Bell, tiene una hija y se dedica a la música. Incluso, según Angel de Brito, a esta chica se la presentó a sus hijos, Lucía y Manuel, y la nueva novia de papá les habría caído muy bien. Parece que desde que salió a la luz el romance, la intensidad de la pasión comenzó a aflojar. ¿Será tan así? Según aporta su círculo íntimo, en este momento de su vida, en el que está en juego el reparto de bienes, Celasco no tiene tiempo para mostrarse con un nuevo amor. Hay otras cosas que lo tienen preocupado. Por ahora se ven a escondidas.
Celasco y su millonario reclamo
Se encendió la Mecha
