Pocos personajes ostentan semejante catarata de conflictos y temas polémicos en un periodo tan corto de tiempo como Cinthia Fernández. Ya parece una repetición, pero la panelista sigue sumando nuevos embrollos que ameritan ser contados.
A toda la guerra contra su ex Martín Baclini, la semana pasada le endosó una pelea con una vecina de su country, la DJ Yaz Asbún, con idas y vueltas picantes, después se peleó al aire con Barbie Simons, donde exhibió una actitud muy soez. Pero como si fuese poco el fin de semana explotó con el brote a la luz de problemas familiares graves, en los que la novia de su padre la amenazaba para no devolverle quince mil dólares. Cualquier persona ya explotaría de tantos agobios.
Cada vez que la luz roja de la cámara de Los ángeles de la mañana se prende se erige en una probabilidad enorme de registrar otro lío con Cinthia. Este lunes, la morocha confesó una decisión que tomó en su pasado, una determinación poco feliz, que se vincula con su estilo por demás sensual en sus primeras apariciones.
En el contexto de explicar porqué considera a Baclini como “machirulo” y contar los padecimientos que sufrió por maltratos verbales, Fernández abrió el arcón de los recuerdos para transmitir un accionar peculiar. “Y yo pensaba que él (Baclini) tenía razón porque a mí me pesa muchísimo, hasta el día de hoy me pesa, haber salido tan en pelotas”, empezó explicando la modelo.
Ese fue el prefacio de su declaración incomoda, que habla de una elección que no es la mejor. Cinthia contó: “Yo me la banco, pero me pesa. Yo prefería hacer eso (salir casi desnuda) antes que acostarme con cualquier viejo para ir a la televisión. Porque hay distintos caminos”.
Ella siempre exteriorizó que su deseo era llegar a la pantalla chica a cualquier costo, como el invento de ser nieta de Horacio Guarany o sus videos hot en épocas de hacerse llamar Abbey Díaz.
