El 21 de septiembre de 2017, a Vanesa Carbone (36) y a su marido, el músico Lucho González, les cambió la vida. Esa fecha quedará guardada para siempre en sus corazones. La llegada de Malú, la primogénita de la pareja, se transformó en algo especial. Un momento único e irrepetible. A medida que la beba va creciendo, las fechas importantes se van sumando. El sábado 7, la pequeña recibió el primer sacramento, el del bautismo, en la iglesia de Guadalupe. La celebración fue oficiada por el párroco Sergio Soto, que llegó a Buenos Aires desde Río Gallegos. “Sergio es el tío abuelo de Malú y vino especialmente para bautizarla. Fue un momento muy lindo, muy emotivo, que no voy a borrar de mi cabeza. Además vinieron mis padres, que viven en Ushuaia. Fue emocionante. De paso festejamos que con Lucho cumplimos 4 años de casados. Más no puedo pedir”. Al salir de la iglesia, a los invitados, entre familiares y amigos cercanos, los esperó un festejo íntimo. Se reunieron en la casa de la pareja y le dieron un marco especial.
Más allá de este gran momento por el que atraviesan, que además se suma a los recientes títulos que recibió Vane como criminóloga y criminalista, piensan en un futuro como una gran familia. Si bien desean esperar a que la nena pase el año, la columnista del noticiero de Canal 26, con Martín Liberman como conductor, ya piensa en agrandar la familia. “Con mi marido tenemos ganas de otro bebé. Es algo de lo que hablamos. Ser mamá, estar embarazada, fueron de las mejores experiencias que viví. Es un estado hermoso. Por ahora queremos disfrutar de Malú, verla crecer y después sí. Hoy quiero disfrutar de ella porque no va ser bebé toda la vida y esta etapa es maravillosa. Es más, todavía no empecé a trabajar 8 horas”.
Un momento emotivo
El bautismo de Malú
El bautismo de Malú
El bautismo de Malú
