Es viernes y la ciudad está cubierta por una lluvia torrencial. El desconsuelo y el desconcierto anidan en todos los presentes. Las miradas volcadas hacia atrás buscan respuestas ante lo inesperado. Las muertes, cuando son prematuras, sacuden doblemente. Débora Pérez Volpin partió el martes 6 de febrero a las 18:15 mientras le realizaban una endoscopia en el Sanatorio de la Trinidad por un dolor abdominal que la aquejaba desde el día domingo. El jueves 8, desde las 13, cientos de personas se acercaron al velatorio que se realizó en la Legislatura porteña, en donde se desempeñaba como diputada desde el 22 de diciembre por el espacio político que lidera Martín Lousteau, Evolución. Aunque estaba pautado que las puertas se abrieran al público al mediodía, el recinto permaneció cerrado para que los familiares y amigos más cercanos pudieran despedirse más íntimamente y participar de una pequeña ceremonia privada.
Una vez que sus allegados le dieron el último adiós se permitió el ingreso del público, que aguardó respetuosamente sin importar los 40 grados que golpeaban fuerte en la ciudad. El incesante desfile de los “remolones”, como Débora llamaba a sus fieles seguidores, fue una clara señal del impacto que tuvo su muerte tanto para su público como para aquellos que alentaron su incursión en el ámbito de la política. El acceso estuvo habilitado hasta las 22 horas y se retomó el viernes a las 10 de la mañana hasta las 12, cuando comenzaron los preparativos para el entierro. Antes de partir rumbo al cementerio de la Chacarita y en la puerta de la Legislatura, en una improvisada conferencia de prensa, su pareja, Enrique Sacco, habló por primera vez ante los medios: "Todos en la familia queremos agradecerles inmensamente el afecto, el respeto y la consideración que han tenido. Son momentos de mucho dolor", fueron las primeras palabras del periodista deportivo, que estaba acompañado por Agustín (19) y Luna (17), los hijos que la legisladora tuvo con Marcelo Funes, su ex pareja, que también se hizo presente junto con su actual mujer, la periodista Melina Fleiderman. Asimismo, Quique Sacco también aludió a la denuncia que realizó en la Justicia para que se investiguen las causas de la muerte de Pérez Volpin: "No podemos entender todavía cómo nos ha cambiado la vida de un momento para el otro. Hemos hecho lo que seguramente Débora hubiera hecho si tenía que actuar por alguno de nosotros. No tenemos rencores, no tenemos deseos de venganza, lo único que queremos saber es la verdad", afirmó embargado por la tristeza, pero siempre hablando desde el amor: "Les puedo asegurar lo maravillosa que era, esto es superlativo. Creo que es nuestra tranquilidad, nuestra fuerza para seguir adelante. Están Agustín y Luna, son la continuidad de su sangre (…). Les voy a decir una frase que alguien me escribió entre todas las que leí: 'El cielo se equivocó o se apresuró o el tiempo nos dirá la verdad'. De verdad queremos agradecerles por esta felicidad que tendría Débora por el reconocimiento de todos ustedes y de toda la gente", cerró Sacco.
A las 14 hs del viernes el cortejo fúnebre recorrió las calles de Buenos Aires y pasó por la puerta de El Trece, el canal donde la periodista desarrolló su carrera profesional, y fue allí donde recibió el aplauso de los empleados periodistas y gente común que salieron a la vereda para despedirla. "Y acá nos quedamos todos. Todos Nosotros, extrañándote", se pudo leer en la pantalla de TN mientras compartían las emotivas imágenes de ese momento. Cerca de las 15 horas el cortejo arribó al cementerio precedido por la custodia de las motos de la Policía de la Ciudad. Si bien se había barajado que hiciera un alto en la capilla ardiente, la larga hilera de automóviles se dirigió directamente hacia el Panteón de los Asturianos, donde se encuentran los restos de su padre.
Allí, sus dos hijos, su actual pareja, Enrique Sacco; su ex marido, Marcelo Funes, y Melina Fleiderman, Coti Nosiglia, Norma Morandini y Florencia Etcheves le dieron el último adiós. Al igual que su madre, a la que se la pudo ver notablemente conmovida. También estuvieron desde temprano Santo Biasatti, Marcelo Bonelli, su dupla en Arriba argentinos, como también Martín Lousteau y su esposa Carla Peterson. El político no pudo contener las lágrimas cuando se acercó a saludar a los familiares de Débora. Del espectro político también se acercaron Ricardo Alfonsín, el jefe del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el vicejefe, Diego Santilli, dejando de lado sus diferencias con el líder de Evolución y priorizando el cariño y respeto por la legisladora. Quique Sacco, su ex marido, su hijo Agustín y sus hermanos Alejandro y Sergio fueron los encargados de sostener el féretro e iniciaron el descenso hacia la bóveda familiar para que los restos de Débora encuentren paz junto a su padre.
Entre los que sí hablaron con la prensa al finalizar el entierro se encuentra el cineasta José Antonio Martínez Suárez, hermano de Mirtha Legrand y amigo personal de la familia: "Hace más de 20 años que los conozco, tengo los recuerdos más bonitos de ella, era simpática, cordial, inteligente y solidaria", y agregó: “El encuentro con Quique fue como corresponde a estos momentos dramáticos, con más silencios y abrazos que palabras".
Sin dudas, una de las postales más duras fue protagonizada por la mamá de la periodista, Marta Lea Volpin, que, atravesada por el dolor y las dudas, casi no resistió la noticia y debió permanecer internada en observación en la misma clínica en que su hija falleció. "Siempre estarás conmigo. Te amo. Mamá", se podía leer en una sentida y breve nota que escribió Marta y depositó sobre el féretro. Ojalá su familia encuentre consuelo cuando se conozca la verdad. ¡Hasta siempre, querida Débora!
Débora Perez Volpin y su pareja
Débora y Quique
El momento más doloroso
