Meses atrás confesó que durante su niñez detestaba la exposición. Que en cierta oportunidad, siendo muy chica, salió de su casa y había un hombre colgado de un árbol apuntándola con una cámara de fotos. Florencia Torrente (29) desarrolló su infancia y su adolescencia en un marco diferente del resto de los chicos que nada tienen que ver con la fama. A ella le tocó ser la hija de Araceli González, considerada una de las mujeres más lindas de la Argentina, que en los 90 fue prácticamente un símbolo de la lencería por sus publicidades y también un modelo de look para todas aquellas no se animaban a cortarse el pelo tipo carré.
Araceli marcó tendencia y, obviamente, la prensa no la dejó ni a sol ni a sombra. Florencia tuvo que aceptar las reglas del juego de una forma muy tempranera, a muy corta edad. Debió aprender a convivir con eso que tanto “odió”, pero en la actualidad es parte importante de su carrera. Porque si bien difícilmente lo admitan, los artistas también necesitan del periodismo. Y desde luego que a Florencia ya no la asustan las cámaras, las fotos o los pedidos de autógrafos en la vía pública. Lo ejemplifica su proceder en el último evento de la firma Samsung, donde se la vio muy feliz y sonriente, aun en los momentos donde los reporteros comenzaban a hacer su trabajo y enfocaban sus lentes en su figura. Seguramente que el semblante de la actriz no es consecuencia de su adaptación a los gajes del oficio. No es que de un momento a otro cambió de parecer y se volvió amiga íntima de los periodistas. Se acostumbró, y eso la llevó a desdramatizar la situación cada vez que alguien le pide una nota o una imagen.
Aparte, lo más probable es que su sonrisa sea un reflejo de su estado de ánimo y no una simple mueca para la ocasión. Florencia viene transitando una de las etapas más prósperas de su vida. Progresando en lo laboral y dando pasos firmes en su nueva relación. Su novio hace más de un año y medio es Joaquín Vitola, miembro de la banda Los Indios. “Joaco es el que me incentiva a emprender nuevos desafíos”, recalcó Flor, refiriéndose, en parte, a su presente profesional. Básicamente, a su presentación haciendo Indoor entre amigos en el teatro Nün y a su rol protagónico en la película Cuando dejes de quererme, opera prima de Igor Legarreta. Florencia fue elegida entre decenas de actrices españolas y americanas, lo cual, desde ya, significó un gran avance en su carrera. Deberá prepararse. No solamente para brillar en la pantalla grande, sino también para entender, de una manera definitiva, que la prensa es parte, precisamente, parte del guión.
Muy enamorados
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