Fue un ídolo del fútbol, visitó la camiseta de la Selección, lo bautizaron como “Batigol” y hace tiempo admitió que su deseo no era convertirse en futbolista. Sin embargo, después de tantos años, Gabriel Batistuta sigue siendo uno los máximos íconos en el fútbol mundial y está atravesando una dura pelea para poder volver a caminar.
De la mano de su hijo Thiago, el ex 9 se presentó en el programa que conduce Santiago del Moro, ¿Quién quiere ser millonario?, para representar una causa benéfica. Pero entre charlas, reveló cómo es su día a día y cómo hace para poder mejorar sus problemas de salud.
"Vine con Norma Viola, que es la presidenta de las Damas Voluntarias del Hospital de Reconquista. Es un grupo de amigas que trabaja desde hace treinta años. Dan todo, hasta lo que no tienen. Hago torneos de golf desde hace tres años a beneficio de ellas, pero este año no pude, así que tenía que pedir ayuda. Y vine a pedir ayuda acá" comenzó explicando el Bati.
Su mayor conflicto, por el que no pudo participar de los campeonatos de golf, fue por una operación que debió hacerse hace años y la venía postergando. A pesar de haberse corrido cientos de canchas de punta a punta, las lesiones lo acomplejaban y tuvo que pasar por el quirófano porque sino, podría haber quedado inmovilizado.
"Yo dejé de jugar porque los tobillos no me daban más. Si me hubiese cuidado un poco... Llegó un momento en que quería que no me duela más. Estuve muy complicado, mi problema es que no tengo cartílago, no tengo tendones, nada, y me era muy complicado caminar. El año pasado llegué a caminar muy poco, dejé todo lo que hacía” relató, conmovido, el ex jugador.
"No puedo ver el momento del himno cuando juega la Selección. Es muy fuerte"
Su primera operación fue hace ocho años, pero hace casi tres meses debió regresar al consultorio: "Ese día me operé en Europa. Hacía años que estaba esperando, pero las prótesis de tobillo no son una cosa tan común. Mi mujer no quiere que hable de esto porque doy lástima".
Conmovido y triste por saber que no podrá pisar nuevamente una cancha como jugador, Gabriel Batistuta confesó su mezcla de emociones cuando ve por la tele los partidos del equipo argentino: “No puedo ver el momento del himno cuando juega la Selección. Es muy fuerte. Me levanto y me voy al baño o empiezo a mirar el partido diez o quince minutos tarde".
