Desde que Guillermo Francella (63) interpretó a Pablo Sandoval en El secreto de sus ojos, algo cambió en su carrera. Catalogado por años como comediante, el actor mostró en el filme ganador del Oscar a la Mejor película extranjera su versatilidad. Entonces se lo empezó a ver en roles diferentes al Pepe Argento que todos recuerdan.
Llegaron a su vida papeles trascendentales, como el de León Godoy, en Corazón de León; Santiago, en El misterio de la felicidad, o Arquímedes Puccio, en El clan.
Y el de ahora no es un rol menos relevante. Se trata de Animal, la nueva película dirigida por Armando Bo, que llegará a las salas del país el 24 de mayo. Allí se verá a un hombre común, de unos cincuenta y pico, padre de familia y con un buen puesto en un frigorífico marplatense que produce carne de exportación. Antonio Decoud es un hombre prolijo que en determinado momento es diagnosticado con una insuficiencia renal que lo obliga a realizar un tratamiento de diálisis y lo coloca en lista de espera para ser trasplantado. La demora a la que se somete, porque el órgano no aparece, lo lleva tomar una decisión que cambiará su vida.
El actor habló con Télam sobre su nuevo desafío en la pantalla grande y sobre su carrera en general. “Son muchos elementos los que uno analiza, pero por sobre todas las cosas el guion, me interesa tener una buena historia para contar”, explicó Francella al referirse a su manera de elegir en qué trabajo participar. “Otro elemento clave es quién va a conducir el proceso y cuando se genera ese cóctel de un director con el que creo que me va a gustar trabajar y una buena historia, entonces cierra por todos lados”, agregó. Y después se refirió puntualmente al personaje de Antonio, que interpreta en Animal. “En este caso es alguien que toda su vida vivió cumpliendo las reglas, una vida apacible, un grupo familiar perfecto, con un buen trabajo, y le pasa algo muy puntual y fortuito en la salud. Primero cumpliendo las reglas, con la diálisis, y en una lista que no avanza. Ahí entra en el no confort, y piensa que tiene que transgredir para no morirse. Es donde aparece la pregunta de qué debe hacer. Hay un cambio de conducta, un tema moral y ético, porque se muere, y ese no es un detalle menor. Cuando pide colaboración familiar encuentra una resistencia que no imaginaba”, explicó.
Tuvo tiempo también para hablar de la televisión, aquel refugio que fue su hogar por décadas. “Volvería a hacer comedias y volvería a hacer televisión. De hecho el año pasado en teatro hice Nuestras mujeres, y la película que acabo de terminar con Gastón Duprat, que se estrena en agosto, es una gran comedia. En teatro dirijo Perfectos desconocidos, que es una comedia. La comedia es mi vida, pero cuando me puedo permitir estos lujos de personajes totalmente antagónicos es muy placentero”, refirió. Y después se sinceró: “Tengo que ser honesto: lo último que hice en televisión fue El hombre de mi vida, con Campanella, pero si me ofrecieran una serie corta del estilo de Un gallo para Esculapio, donde sí hay que tener una entrega en cantidad de horas, con un marco cinematográfico, me gustaría hacerla. No tengo ninguna resistencia con la televisión y volvería con este tipo de producciones”, concluyó.
Otro papel complejo
Carla y Guillermo, la dupla de Animal
