Pendiente de todos los detalles, mientras termina de producirse para las fotos, Iliana Calabró (52) organiza la merienda, intercambia noticias televisivas con su madre, Coca, y está pendiente del teléfono. Del otro lado de la línea, por un lado están sus dos hijos, repartidos en distintas partes del mundo, y también su pareja, Antonello, que llegó de Italia y antes de irse de Buenos Aires necesita pedirle que le busque unos vestidos para próximas entregas de premios. “No me tomo muchos momentos de descanso. Hace dos años que no me voy de vacaciones. En los últimos tiempos, sólo fui tres días a ver a mi hijo que está viviendo en Brasil, y fue lo único que me tomé, porque no lo veía hacía unos meses y no iba a poder hacerlo porque empezaba con la temporada teatral de la que soy parte. Quería saber dónde vivía. El pendejo, mi hijo mayor, se me fue y yo no sabía dónde vivía. Se enamoró de una brasileña y está conviviendo con ella. Se conocieron trabajando para una misma empresa. El fue a verla, después vino ella para Argentina en dos oportunidades y ahora están viviendo juntos”, compartió la actriz de Locos por Luisa, en el Teatro del Lago.
–¿Sentís que perdiste a tu hijo?
–No, no, me manda videos donde me muestra la oficina donde trabaja y que, al salir, tiene la playa. Tiene hasta un mono que hay en la puerta de la oficina. ¡Qué se va a venir para acá de nuevo! ¿Vos te pensás que va a volver a Buenos Aires? Acá no vuelve ni loco.
–¿Qué te pasó cuando te dijo que se iba a vivir a otro país?
–Fue progresivo… Tenía que ver cómo iba avanzando la relación. Igualmente, uno lo percibe. Fueron dos años en los que me fue preparando para esa decisión.
–Claro…
–Aprendo mucho de mis hijos… la tienen más clara que uno. El otro, el más chiquito, estudia como loco durante todo el año. Y, en las vacaciones, también se va a trabajar afuera. Lo que sí, el primer día que arrancan nuevamente las clases está de vuelta para retomar los estudios. Siempre me gustó criarlos independientes, y se me fue la mano. Porque los dos muy chicos se animaron a viajar.
–Volaron rápido.
–El que está en Brasil tiene ganas de irse a Italia, donde está la casa de mi suegra, mi ex suegra… Bah, se murió siendo mi suegra, y quedarse a vivir ahí con su novia. Prefiero que se vayan ahí a que sigan en Trancoso, un destino que está considerado VIP porque es muy difícil de llegar. Y el que dibujaba desde chiquito está estudiando arquitectura, así que esperemos que le vaya bien, siempre tuvo muy buena mano. Pero hay momentos en que el nido vacío se siente…
–¿Por ejemplo?
–En los cumpleaños quiero estar con ellos. Ahora fue el cumple de Stefano, está lejos, y el año pasado estaba más lejos todavía. Lo mismo con Nico y la Navidad y Año Nuevo. De hecho, el primer año que no estuvo ninguno de los dos chicos y que Antonello quería irse a Italia a ver a la familia, le dije que no me dejara sola. Era el primer año que estaba sin los chicos y me iba a costar. Pero gracias a la tecnología, sé cómo están los dos.
–Se dijo que con Antonello están separados, ¿es cierto?
–Estuvo un mes en Italia visitando a la familia. El fin de semana llega a la Villa. Así como el año pasado no me gustó que fuera por lo que te conté de que mis hijos no iban a estar, este año el cuadro de situación era distinto. Ya estoy acostumbrada a los hijos lejos, mi mamá está conmigo, el año pasado no quiso venir a Mar del Plata. Este mes la pasamos re lindo. Mamá cumplió años rodeada de todos mis compañeros de Locos…Con Pedro Alfonso, Paula Chaves y Freddy Villarreal me siento como trabajando en familia. Me la tuve que bancar, este año ya no daba, no podía decirle que no. Igual, cuando está todo bien, no pasa nada con el tema de la distancia.
–Tu mamá está acá, con vos. ¿El año pasado no quiso ir a Mardel por el recuerdo que tiene de tu papá?
–Mar del Plata es un destino donde vivió tantos momentos maravillosos de la mano de papá que no sé si le hace bien. Una cosa es llevarla un par de días para que visite y otra es quedarse en un lugar que cada paso está ligado a recuerdos. Habla de él seguido y es su forma de tenerlo presente. Acá la pasa bien. Ella es hiperactiva, y yo que acá estoy en paz, tranquila, ella está todo el tiempo conectada, me cuenta el chusmerío. Antonello le trae las revistas y ella está chocha, lee todos los chimentos. A Coca le encanta estar al tanto de todo y tener para contar, porque le encanta hablar.
–¿Con Marina comparte tanto tiempo también?
–Marina se queda en Buenos Aires. Ella trabaja a la mañana en la radio, de ahí se va al canal y tiene una nena chica. Somos distintas. Yo entiendo. Creo que lo mío es por demás. Mamá es muy demandante. Estaba al lado de papá y para él era su princesa, todo era para agasajarla. Y ella es una rompeguindas… Se levanta, es la primera que se viste. Por ejemplo, si no hay yogur, Iliana agarra el auto y va a comprar. El otro día estaba fusilada y le dije: “Hay alfajores, nueces, dulce, tostadas”.Le dije que comiera eso, que ese día no había yogur porque es una caprichosa. Mi papá malcrió a mamá, pero yo no soy él. A papá le prometí que la iba a cuidar y trato de darle todos los gustos… Pero sola no se maneja. Así que ahora que llega Antonello, acompañará a ver las cosas.
Iliana Calabró habló sobre su vida familiar
Iliana, una mujer que crío a sus hijos libremente
