La historia de amor que cultivaron Rocío Marengo y Eduardo Fort siempre navegó con el halo de una inquietante presencia, la de la exesposa del empresario, Karina Antoniali. Esa intervención entre las sombras originó un misterio, que ahora parece resolverse.
La esposa del hermano de Ricardo Fort ha exhibido una fascinación por las cámaras, aunque se cuidó al extremis en sus declaraciones, en sus apariciones, en lo que se leía como un respeto para la familia que supo construir con Eduardo.
No obstante, en las últimas horas encendió la mecha de una bomba, dado que publicó una serie de contenidos en sus redes sociales que apuntan contra su exesposo y que suenan al meollo de una interna truculenta. “Me estás cansando, si hablo vos podés perder más que yo, te lo aseguró”, posteó en una storie.
Eso impulsó a Socios del espectáculo a averiguar más contexto y así se produjo una revelación tremenda de una trama oscura. En ese contexto, Karina Iavícoli contó: “Ella no puede hablar, porque en su momento, Eduardo Fort le habría puesto un bozal legal para que la señora no pueda expresarse con total libertad”.
En cuanto al verdadero motivo de Antoniali para las amenazas, la panelista narró: “Habría un tema de dinero en medio de este exmatrimonio que, si Fort no se pone al día, ella está muy dispuesta a sentarse en algún programa de chimentos y a contar todo lo que nunca se dijo sobre Eduardo Fort”.
Hasta añadió que existe una especie de vinculación en el presente, un hilo rojo de pasión: “Porque las amigas me dicen que él, después de todos estos años que ella lo dejó, no la puede soltar”. Por su parte, Rodrigo Lussich interpretó que también hay un palo contra Marengo: “Y, en otro posteo, siguió: 'La verdad que las taradas, pero las realmente taradas, son las que están en pareja'. Y este es el último: “Mi abuela decía ‘una choza donde se ríe es mejor que un castillo donde se llora’”.
