Es cuestión de darse una vuelta por sus instalaciones para comprobarlo. Las máquinas que suelen verse en su estacionamiento invitan a pensar que para ir a comer a Gardiner es indispensable pertenecer al jet set. Hay Audi, BMW, Mercedes Benz y otras marcas líderes en el rubro automotor. Mayormente, al restaurante de la Costanera lo visitan personalidades del ambiente del espectáculo, las cuales, justamente, acostumbran llegar a bordo de verdaderas “naves” que se compran y venden en dólares.
Pero como en todo orden de la vida, existen excepciones. Salvedades a las generalidades de la ley, que van a contramano de la tendencia capitalista que muestra la cara visible del local gastronómico, el sitio preferido de famosos, como Marcelo Tinelli y Adrián Suar –por citar apenas unos nombres–, para ir a comer con sus familias o amigos los fines de semana. Porque cada tanto algún corajudo se atreve a desafiar las reglas, sin que ello implique desentonar con el contexto. Seamos sinceros: Mauricio D'Alessandro la rompió con su motito y de ninguna manera le quitó glamour a Gardiner.
Por el contrario, con su vehículo de dos ruedas, más económico y preparado para ser estacionado en espacios reducidos, no hizo más que darle una pizca de originalidad a un restaurante que en el 90 por ciento de los casos recibe gente en camionetas 4 x 4 o coches importados valuados en una fortuna. El abogado fue con su mujer, Mariana Gallego, quien viajó como acompañante, protegida, al igual que él, por su correspondiente casco. Para el abogado, claro, es muy importante respetar la ley, y lo mejor, siempre, es predicar con el ejemplo.
El matrimonio se mueve en una Vespa
Muy enamorados
