Ingresó con el tren en movimiento, cuando ya había recorrido muchísimos kilómetros. Los pasajeros la analizan de arriba a abajo y todavía no le prodigan cariño, ni complicidad. Camila transita por un terreno pantanoso en Gran Hermano, dado que la señalan como una astuta mentirosa.
La última participante en sumarse al reality nunca terminó de acoplarse, más allá de las varias semanas que acumula en la casa. En definitiva, todos los hermanitos la siguen mirando con desconfianza y no le creen sus explicaciones.
La pianista aportó definiciones muy confusas, en algunos tramos aseguró que no había visto nada del programa antes de entrar y luego se pisó varias veces. Incluso estuvo al borde de la eliminación por manifestar datos del exterior y se salvó raspando.
Santiago del Moro presentó un informe con las charlas de muchos de los participantes en las que el eje central es la actitud sospechosa de Camila. Así se vio como Conejo, que fue el último eliminado, la examinó con Maxi: “Está jugando más que nadie. Dijo que no conocía a nadie y después reconoció que conocía a La Tora, a todas”.
En otro fragmento se percibió a Romina, en una diálogo con Thiago, también dudar de las intenciones de Camila, que también se trenzó en un ida y vuelta fuerte con La Tora. “Ella vio cosas de afuera y la tiene clara, sabe que es lo que le gusta a la gente. Si sentís que no la podés pasar, está bien. Solo convivencia, hola y chau”, manifestó la ex diputada.
La ex legisladora continuó con su mirada exhaustiva, esa manía por repasar todo y tratar de encasillar a cada concursante, por eso le advirtió a Alfa: “Ojo que ella puede saber que te vean fuerte afuera, por eso te busca. Tené cuidado”. Mientras que el más longevo expresó: “Nos quiere enseñar como es el juego y nosotros escribimos el reglamento”.
