El 31 de diciembre, a eso de las siete de la tarde, podría haber hecho un bollo con el almanaque de 2018 y largarse un par de maldiciones antes de reventarlo, con gusto y como un enorme desahogo, contra el fondo del tacho de basura. Se estaba yendo una temporada que para él fue una de las más difíciles de los últimos años, y eso por lo menos le habría servido para sacarse un poco la mufa de encima. Es poco probable que lo que viene de ahora en más pueda ser igual o peor. Sería el acabose. Repasemos lo que sucedió: la gran apuesta del Chueco para el primer semestre, Simona, se vio manchada por las graves acusaciones en contra de su protagonista masculino, Juan Darthés. Suar quedó en el medio de la tormenta, y aunque recibió fuertes presiones para que cortara el vínculo decidió mantenerlo en el trabajo. Más tarde, la interminable espera por el regreso de Marcelo Tinelli, que iba a volver el primer lunes de abril y terminó debutando recién en septiembre, erosionó las posibilidades del 13, su canal, en la pelea que sostiene con Telefe por el primer lugar del rating.
El rival metió un par de bombazos (Por el mundo, 100 días para enamorarse, la turca Todo por mi hija) y la negociación por Showmatchse volvió una lenta agonía. Después probó con Mi hermano es un clon. No hubo caso: Nicolás Cabré perdió el invicto y ni siquiera la pelea de Laurita Fernández, actual novia del galán, con Florencia Vigna, compañera del muchacho en la novela, mejoró la tendencia: terminaron la semana pasada con más pena que gloria, sin llegar un solo día a los dos dígitos. Para colmo, Araceli González volvió a recordar, y con mucha fuerza, que no la pasó bien cuando fueron marido y mujer, y en diciembre Boca –equipo del que es fanático y del que se rumoreó que podría presentarse como candidato– le arruinó las fiestas perdiendo la final de la Libertadores nada menos que contra River.
¿Qué necesitaba Suar ante la avalancha de malas noticias? Obvio: vacaciones. Irse lejos –o no tanto– y despejar un poco esa cabeza desde la que deben salir los proyectos para ir por la revancha en este 2019 que recién arranca. Finalmente, el Chueco decidió no recorrer tantos kilómetros y el viajecito lo depositó en Punta del Este, su reducto preferido de cada verano. A pesar de todo se lo vio de buen ánimo (hasta bromeó con el fotógrafo de Paparazzi, algo no tan habitual en un hombre de sus responsabilidades), distendido y conversando mucho con Gustavo Bermúdez, quien de alguna forma se transformó en una especie de confidente y consejero en un momento complicado como este. La palabra de un amigo nunca viene mal.
Suar y Gustavo Bermúdez, caminata por Punta
Suar y Gustavo Bermúdez, caminata por Punta
