Unicamente Dios podría estar en condiciones de anunciar hasta dónde se llegará con el debate. Si aparecerán o no las soluciones, que únicamente podrían ser producto de la puesta en marcha de una campaña seria de concientización capaz de acabar con el analfabetismo que aflora cada vez que se habla de violencia de género en nuestro país. Como sociedad, nos espera un largo camino por recorrer para entender que esta problemática no es un tema menor. Las estadísticas son alarmantes y la aplicación del término “femicidio”, con todo lo que representa y con la gran movida que las mujeres están motorizando para sentirse apoyadas, aún no aparenta haber sido correctamente interpretado por la platea machista. “Es algo muy triste, muy grave. Saber que todavía hay mujeres que van a una comisaría lastimadas y que ni siquiera les tomen la denuncia te da la pauta de que esta lucha recién comienza”, confiesa Reina Reech, quien, como integrante del género y referente del espectáculo tiene una posición tomada con respecto al denominado “feminismo”. Para la actriz, “estoy plenamente de acuerdo porque se trata de una organización evolutiva, que de a poco va encontrando un respaldo en la sociedad que nunca antes se había visto. La herramienta que hoy la mujer tiene a mano es la denuncia. Pero si vas a denunciar y ni te atienden… Es porque algo está fallando y hay otras partes que no están comprometidas con encontrarle un remedio a tanto acoso y agresión”. Reina, que actualmente se encuentra realizando una exitosa temporada teatral en la ciudad de Mar del Plata, como una de las figuras de El Show de la Menopausia, admitió que “gracias a Dios jamás sufrí un episodio en el que me sentí presionada por un compañero, productor o lo que fuere, porque al provenir de una familia de artistas me tenían vista como la hija de Ambar, algo que me llevó a recibir más que nada conductas o comentarios más bien paternales de los actores más experimentados en ese momento. Yo debuté con 17 años, era una bomba, pero en ese tiempo el hombre entendía que cuando se dice no, es no”. Igualmente, Reina reconoció que “el hilo entre un piropo y un acoso es muy delgado, aunque entiendo que cuando hay riesgo de muerte, algo que es palpable y que está reflejado en las estadísticas, eso es algo secundario. En una oportunidad, Marta González, una profesional brillante y una mujer de conducta intachable, contó sobre el escenario que tiempo atrás muchas tenían miedo de decirle en algo que no al marido por temor a que se fuera con otra. En el teatro de revista, en el cual yo he tenido una extensa participación, a la mujer siempre se la tomó por objeto, pero paulatinamente y gracias a este tipo de movimientos o de saber ponerles límites a las cosas, pasó a ser sujeto. Ojalá esto no cambie y la tendencia se mantenga. En lo personal conservo la esperanza, porque así como indigna el tema de algunas comisarías, se instrumentaron otros mecanismos, como, por ejemplo, la línea telefónica 144, que ayudan activamente a ilusionarse con un cambio radical de este contexto social machista y fundamentalmente violento”.
Su nieto, sus ojos. “Mi nieto Toribio, el hijo de Juanita, estuvo veraneando conmigo hasta hace unos días. Junto a Juani se instalaron conmigo desde el 25 de diciembre y ya regresaron a Buenos Aires, pero pude disfrutarlo mucho, no solamente por lo que representa para mí, sino porque además yo toda mi vida privilegié mi familia por sobre mi carrera. O, mejor dicho, cuando la carrera me lo permitió hice todo lo posible por compatibilizar ambas cosas. Es decir que con esta obra estoy chocha porque hacemos una sola función, y eso me posibilita compartir tiempo con mis hijos y con mi nieto. Así hice siempre. Busqué trabajos que no me privaran de estar con mis afectos. Tal vez porque de chica lo sufrí bastante, ya que mi madre se iba muy temprano a trabajar y volvía muy tarde. Eso es invalorable. Que mi nieto pueda aplaudirme en el teatro y decir 'Abu, abu' desde la butaca es fantástico. ¿Bautista? Bauti está aprendiendo a tocar la batería en Buenos Aires para un papel que va realizar en una película que se estrenará pronto. Vino a visitarme con sus amigos, cuando regresó de veranear en Brasil”.
La decisión. “El único que siempre supo de la determinación de Juanita de llevar adelante un embarazo sola es su hermano, Bautista. Yo me enteré una vez que estaba con Toribio en su pancita, y del padre jamás me dijo nada, tampoco se lo pregunté. Fue una decisión valiente, que además desafió las repercusiones mediáticas con amor y calma. Yo lo viví de una forma muy especial como abuela pero también como madre, apoyando”.
La espiritualidad. “Que los 60 años me encuentren en plenitud no es exclusivamente por haber tratado de sembrar amor durante toda mi vida y rodearme de gente que me llena de felicidad. También tienen que ver mis fuentes de energía. Ahora estoy incorporando conocimientos sobre el estudio cabalístico y también acerca de la sabiduría andina. Son mis puntos de apoyo para conectarme conmigo misma y permitirme no perder el enfoque verdadero de la vida”.
Sus 60 años. “Estoy chocha. Espero con ansias que llegue ese día para compartirlo con la gente que amo. Nací en Viena el 19 de febrero de 1958 y sinceramente tengo que ser una agradecida de la vida por todo lo que construí afectivamente. Creo que una cosecha lo que siembra, y en eso no puedo quejar. ¿Mi soltería? Estoy tranquila, pero siempre abierta a la posibilidad del amor”.
Reina, plena a los 60
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