Pasa por uno de sus mejores veranos. René Bertrand no sólo sonríe por cómo funciona Citas peligrosas, la comedia que presenta en el Teatro Candilejas, de Carlos Paz, sino porque Belén Jiménez, su pareja desde hace diez años, está embarazada de seis meses. Más unidos que nunca, los actores cuentan, en voz propia, cómo viven la feliz etapa: “Es tremendo lo que me canso. Soy de dormir demasiado, el embarazo te da mucho sueño, pero la ansiedad es tremenda, y hace que me despierte y me cueste un montón dormirme. No paro de pensar, de imaginar a nuestro hijo…”, arrancó reconociendo la futura mamita.
“Falta un montón pero ya lo quiero conocer. Reconozco que estoy nervioso, ansioso, sensible”, suma el papito. “Normalmente tengo un carácter divino, vivo de buen humor, siempre está todo bárbaro y esto me hace que esté un poco más irascible”, confía la rubia. “¡Se le cortó la mecha! Al llevar al bebé está incorporando una actitud de defensa natural al punto de `no me hinchen las bolas´. Ante cualquier cosa, ella se defiende de otra manera, y está buenísimo verla en ese lugar. Siempre fue buena mina y, en este medio, a veces es complicado. Para mí es una gran actriz. Y si conserva este carácter, le va a empezar a ir mejor”, reconoció el también director. “Apenas me enteré de que estaba embarazada, dejé el cigarrillo sin ningún problema. Como mal, por eso no subí tanto de peso, pero no sé por qué se me dio así… Hoy no estoy trabajando y le propuse a René hacerme cargo de los temas del teatro. Y tuvimos un ida y vuelta porque me dijo que yo no soy la jefa. Y le retruqué que al ser la esposa del jefe, soy la jefa… Hoy me estoy ocupando del trabajo más importante que se puede tener, que es el gestar una vida en la panza. Ya vendrán los tiempos en que vuelva a la actuación aunque, claro, la prioridad va a ser mi hijito”, contó la jujeña.
“Estoy muy reflexivo con todo esto. No le puedo trasladar mi ansiedad a ella. Estoy en una edad donde otros ya tienen dos o tres hijos. A esta edad, uno toma otra conciencia de lo que está por venir. Es muy importante para mí lo que me va a pasar a los 46 años. Percibí la llegada del bebé porque Belu estaba pasada de sensibilidad. Ya no nos cuidábamos, y se dio. Supongo que lo iremos criando con el mismo amor que llevamos estos diez años juntos. En este tiempo, ella me hizo mejor persona y yo algo le debo haber aportado para que sigamos juntos. Hay una diferencia grande de edad entre los dos y acá estamos. El mismo novio que fui con ella, lo seré como padre de mi hijo. La abuela, María Rosa (Fugazot) también está ansiosa, pero lo maneja callada como yo. La pregunta en demasía sabe que me hace mal. Que necesito que el tema me circule en la cabeza, no que me reviente. Las historias son individuales. Los consejeros, por hacerte un bien, te impiden vivir la experiencia, en el afán de querer hacerte un bien”, se sinceró Bertrand. “Prefiero no pensar en el parto. Voy a ser mamá igual si me ponen anestesia o no. Sólo resta esperar que llegue el momento. Incluso, como somos muy relajados, por el momento no tenemos más que algunas cosas del ajuar. Queremos esperar a un poquito más adelante. Por ahora, tenemos regalos que fuimos recibiendo y que, la mayoría, son en colores neutros. Y alguna cosa que va comprando René por su ansiedad. De golpe aparece con unas zapatillas, unos escarpines, una camperita”, finalizó Belén. La dulce espera.
Transitan el sexto mes de embarazo
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