Julián Álvarez está viviendo uno de los mejores momentos de su carrera. Consolidado como figura en el Atlético de Madrid y pieza clave en la Selección Argentina, el delantero cordobés sigue demostrando que su éxito no es casualidad, sino fruto del esfuerzo, la disciplina y los valores con los que fue criado.
En una reciente entrevista, el ex River recordó su infancia en Calchín y el consejo familiar que marcó su vida. “De chico, mi papá nos decía: ‘Nada de tatuajes, nada de cigarrillos, nada de alcohol’”, contó Julián en diálogo con L’Équipe.
“El otro día, en la concentración de la Selección, alguien me comentó que yo soy el único jugador sin tatuajes. No lo hago para ser diferente. Simplemente no siento la necesidad”, agregó, dejando en claro que esas palabras paternas se convirtieron en un principio de vida.
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Álvarez, que a los 11 años dejó su pueblo para probar suerte en River Plate, destacó la importancia de haber tenido una familia que lo acompañó desde el primer día. “Siempre fueron un gran apoyo. Estar lejos fue difícil, pero ellos me enseñaron a mantener los pies sobre la tierra y a valorar cada oportunidad”, reconoció.
Su perfil bajo y su humildad son rasgos que lo diferencian dentro del ambiente del fútbol. A pesar de la fama y el éxito, el delantero se mantiene fiel a sus raíces: “Soy bastante tranquilo y disfruto pasando tiempo en casa con mis seres queridos. Ahí es donde me siento más feliz”.
Esa mentalidad lo ayudó también a forjar su camino deportivo. “Recuerdo muy bien mi primera prueba en River. Me preguntaron mi año de nacimiento y mi posición. Dije: ‘2000, número 9’. Me señalaron a un chico enorme y me dijeron: ‘Ese es el 9 de tu categoría’".
Y siguió Julián, que hace un tiempo atrás contó que es mega fanático de una novela: "Pero no me preocupó, porque sabía cuáles eran mis puntos fuertes. Podía adaptarme a cualquier posición”, recordó entre risas.
Hoy, esa versatilidad es una de las claves de su éxito. En el Atlético de Madrid, Álvarez se convirtió en el máximo goleador del equipo con 38 goles y 12 asistencias en 71 partidos. Sus números lo respaldan: 24 tantos en La Liga, nueve en Champions League y cinco en la Copa del Rey.
Además, en 18 encuentros fue quien abrió el marcador y en 10, el único en convertir. Con solo 25 años, Julián Álvarez combina talento, constancia y una mentalidad distinta. Mientras muchos futbolistas buscan destacar con lujos o excentricidades, él prefiere mantener su esencia. “Mi papá siempre decía que lo importante es el trabajo, no la apariencia. Y eso es algo que nunca olvidé”, concluyó el delantero.


