Lo que hace unos años parecía imposible, finalmente ocurrió. Linda Evangelista, Salma Hayek y Francois-Henri Pinault compartieron un evento familiar clave y mostraron una postal que sorprendió a todos. Sonrientes, unidos y con un gesto que dejó atrás años de tensiones, los tres acompañaron a Agustin James en su esperada graduación. Y también posaron juntos para la foto.
Evangelista subió una serie de imágenes del emotivo evento a su cuenta de Instagram y aprovechó para dedicarle unas palabras al hijo que tuvo con Pinault. “Entonces sucedió esto. Soy una mamá orgullosa. Bendito, bendito, bendecido”, escribió la reconocida supermodelo canadiense, quien no suele exponer su vida privada en las redes sociales. El detalle llamó poderosamente la atención.
Las imágenes de Linda no tardaron en viralizarse. En una de ellas, se la ve junto a Agustin. En otra, el protagonista del día recibe su diploma. Sin embargo, la que más llamó la atención fue la tercera: Hayek y Pinault posando junto a ellos, todos abrazados y mirando a cámara con la mejor sonrisa. Una escena impensada años atrás.
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Cabe destacar que la historia detrás de esta familia ensamblada no fue siempre tan armónica. Evangelista y Pinault tuvieron un breve romance en 2005, donde se convirtieron en padres de Agustin. Sin embargo, el empresario la dejó tras conocer la noticia del embarazo. Durante años, ella crió sola al pequeño, hasta que en 2011 inició acciones legales por la falta de manutención.
CÓMO FUE EL ENCUENTRO ENTRE LINDA EVANGELISTA CON SU EX Y SALMA HAYEK
Aquel juicio expuso detalles que hasta entonces habían sido secretos. Pinault negó haber tenido un vínculo profundo con la modelo. “¿Cómo voy a tener un hijo con ella si ni la conozco?”, declaró ante la Justicia. Finalmente, tras esta repudiable conducta del francés, llegaron a un acuerdo y el vínculo padre-hijo se fue reconstruyendo de a poco.
Con Salma, en cambio, la relación siempre fue cordial. Incluso Linda reconoció en una entrevista con Vogue un gesto conmovedor de la actriz: “Un Día de Acción de Gracias yo estaba enferma y dije ‘no voy a celebrar’ y ella me dijo ‘por supuesto que lo harás. Yo iré a tu casa’. Y apareció”.
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Hoy, ese pasado lleno de conflictos parece haber quedado atrás. Y el reflejo más claro fue esta celebración, donde las diferencias fueron reemplazadas por sonrisas y orgullo compartido.
