Hasta hace unos años, sentarse a conducir o a panelear “un magazine de la tarde” era, probablemente, la puerta que permitía ingresar a un rato ameno, agradable, divertido y desprovisto de momentos tensos o agitados. Ahora, nada que ver. La televisión se volvió una picadora de carne las 24 horas y los temas de actualidad –de la más cruenta actualidad– se llevan todos los programas de punta a punta. Ya no se habla de “las 5 ideas para cocinar con menos de 100 pesos” (igual, con el costo de vida actual es imposible llevar algo a la mesa con esa guita) o de “los secretos del galán turco que conquistó a las argentinas”.
Robos, asaltos, peleas, polémicas, crímenes, violaciones, enfrentamientos, chisporroteos, cruces, testimonios, pruebas, abogados, leyes, videos inéditos, whatsapp reveladores y datos y jornadas que siempre prometen ser “claves” reemplazaron, con fuerza arrolladora, a aquellos informes “rosas” o mucho más livianos que presentaban antes.
Es frecuente, en ese marco, que los conductores confiesen terminar “agotados” después de las jornadas de laburo. Y hasta cuentan que en su propia casa, muchas veces, les cuesta desprenderse de los temas que tocan en los ciclos que llevan adelante.
Todas las tardes, Verónica Lozano conduce por Telefe, con voz firme y sensibilidad a flor de piel, Cortá por Lozano. Además, ella es una mujer definitivamente comprometida con la pelea y la lucha de las mujeres, entre otras cosas, por la igualdad y por su seguridad.
Como tal, suele ponerle el cuerpo a las noticias y más de una vez se la vio discutir con los entrevistados –o con sus propios compañeros– y hasta cortó en seco algún móvil cuando creyó que las opiniones que estaba escuchando lo ameritaban. A Verónica no le resultan indiferentes los temas y muchas veces le pone más garra al laburo que cualquier otra persona.
Un poco por eso, estaba necesitando tomarse unas vacaciones. Después de mucho anunciarlo, finalmente las disfrutó. El destino elegido fue Estados Unidos (¿Y con el 30 por ciento famoso, cómo habrá hecho?) y al menos en las redes sociales compartió muchas imágenes en compañía de su hija Antonia, cada día más grande y más inteligente en todos sus planteos. Por lo menos allí no hubo rastros de Corcho Rodríguez, la pareja de Verónica y por quien debió atravesar, también, más de un dolor de cabeza.
Lozano anduvo por Nueva York, donde enfrentó los últimos fríos del crudo verano yanqui y se hizo un tiempo para participar en eventos vinculados con la moda (alguna vez, vale la pena recordar, ella también trabajó de eso), y después se fue a Miami a visitar parentela y a disfrutar, por fin, de las cálidas temperaturas y las inmensas playas de la península de la Florida.
En sus “historias” de Instagram jugó a ser “la fluencer”, dio consejos sobre distintos temas, siempre en tono gracioso. El tono que dejó de usar apenas volvió a su programa. La esperaba, como siempre, la furiosa actualidad. La que enfrentó con aplomo durante su ausencia, Florencia Peña. Flor de responsabilidad que ahora retomó Lozano.
