El universo del rock y la televisión se cruza en una revelación tan inesperada como impactante: Ozzy Osbourne confesó que Matthew Perry, recordado por su papel de Chandler Bing en Friends, asistía a reuniones de Alcohólicos Anónimos en su casa de Los Ángeles antes de morir. El dato salió a la luz en Last Rites, el libro póstumo del legendario músico, donde repasa sus vínculos con figuras del espectáculo y su interminable batalla contra las adicciones.
En uno de los pasajes más comentados, Osbourne describe al actor con una mezcla de afecto y tristeza. “Era el tipo más gracioso y talentoso que conocí, y nunca dejó de luchar contra sus demonios”, escribió el artista, dejando entrever la humanidad detrás de una figura marcada por el éxito y el dolor. La confesión sorprendió tanto a los fanáticos del músico como a los seguidores de Perry, que desconocían el estrecho lazo entre ambos.
El vínculo entre ellos nació en un contexto poco glamoroso: las reuniones de AA que Ozzy Osbourne organizaba en su propio hogar. Allí, entre historias de recaídas, bromas amargas y esperanzas renovadas, Perry encontraba un refugio lejos del ruido de Hollywood. Osbourne reconoció que veía en él a un hombre “desesperado por salir adelante, pero siempre tentado por el mismo abismo”.
El músico también se sinceró sobre cómo la historia de su amigo lo llevó a considerar nuevos métodos para su recuperación. “Pensé en probar un tratamiento con ketamina, como él había hecho, pero apenas lo intenté sentí un cambio mental muy sutil y supe que debía parar”, escribió, mostrando una versión más lúcida y autoconsciente del ícono del heavy metal.
LA LUCHA DE OZZY OSBOURNE
En otra parte del libro, Ozzy Osbourne reflexiona sobre sus años más oscuros y el esfuerzo que hizo por mantenerse sobrio. “En 2012 asistí a noventa reuniones en noventa días. Era eso o perderlo todo otra vez”, recordó con una honestidad brutal. Su testimonio muestra la fragilidad detrás del mito y la lucha constante contra los fantasmas del pasado.
El relato culmina con un tono melancólico. “Me dolió profundamente saber que lo habían encontrado sin vida. Un día decidió escuchar a su adicción y ahí terminó todo”, escribió sobre Matthew Perry, dejando claro que, incluso entre leyendas, la adicción no distingue fama ni talento, y que las batallas más duras suelen librarse en silencio.


