El tiempo deja a su paso experiencias y cambios de todo tipo. Soledad Pastorutti no es la misma, en muchísimos sentidos, de esa tierna adolescente de 15 años que irrumpió en la escena del folklore a puro revoleo de poncho, relacionándolo con su actitud desenfadada.
En ese momento, para Soledad el foco de la carrera no estaba puesto en la imagen. No importaba la ropa, el maquillaje, el pelo: su voz potente y su espontaneidad eran suficientes para cautivar a millones de jóvenes y convertirla en “la” estrella del folklore nacional en los noventa.
Sin embargo, con los años, luego de cansarse de lucir toda la gama de los tonos marrones, el poncho al hombro y pelito con raya al medio y lacio, La Sole dejó de lado la bombacha de gaucho y se fue acercando cada vez más a una imagen mucho más glamorosa.
¡Y lo bien que le queda! Muy natural, la ex coach de La Voz Argentina de a poco fue adaptando su look gracias al estilismo hasta lograr un mix de elegancia y sensualidad que dan cuenta de la mujer bien plantada que es hoy, a sus 40 años.
"El cambio de look fue un poco buscado. Era necesario. También tiene que ver con que empecé a verme de otra manera. A mí me gusta estar bien, me gusta correr, pero también es cierto que siempre fui, no sé si insegura, pero pudorosa”, contó alguna vez en Cortá por Lozano.
La santafesina señaló en esa oportunidad que nunca había pretendido mostrar su cuerpo. “Cuanto más desapercibida podía pasar para mí era mejor”, admitió. Además, explicó que el uso de ese vestuario respondía a fines prácticos en sus inicios: "Tenía que ver con la comodidad. Era la única ropa que tenía, como un uniforme”.
Todo cambió cuando apareció Aníbal Pachano para “glamourizar” su look: “Con mis primeros Gran Rex, que los hizo Aníbal Pachano, empezamos con la pestaña postiza, el pelo. Me ponía un corset que me levantaba todo".
Hoy, Soledad se muestra tal cual es, sin cirugías, divina, como una mujer real. Tan fresca como cuando se hizo famosa en los años noventa y todos la bautizaron como “El tifón de Arequito”, y mucho más sexy.
