Cuando parecía que se le venía el mundo abajo, el sol volvió a salir para Cinthia Fernández (31). A su tira y afloja con su ex, Matías Defederico, por la cuota alimentaria de sus hijas, Bella, Chiara y Francesca, se le sumó el despido de Involucrados, el programa de América en el que era panelista. Un diciembre caliente para la morocha, y lleno de furia. Enseguida la llamaron de LAM, el programa de Angel de Brito, y recuperó la sonrisa.
Eso sí, como recién comienza, Cinthia se quedó sin vacaciones, pero eso no le impide divertirse y aprovechar cada momento con sus pequeñas y su novio, Martín Baclini (35). La escapadas a Punta del Este los fines de semana están a la orden del día, pero también las tardes de la semana tienen ese gustito a vacaciones. Apenas llega a su casa, se saca todo y se pone la bikini para disfrutar en el complejo Lagoon Pilar. En el agua, la morocha saca a relucir toda su sensualidad.
Curvas interminables que le dan forma a uno de los cuerpos más trabajados del país. Pese a que su novio en este sentido no la acompaña demasiado, el amor por el entrenamiento nunca la abandona. “El es vago a la hora de entrenar, no le gusta mucho y le cuesta seguirme el ritmo”. En cambio, Cinthia mantiene una rigurosidad que no cede. “Me gusta entrenar y soy muy exigente”. Sin los aparatos de musculación cerca, se la suele ver haciendo sentadillas. Eso sí, más allá de atender a su novio y mandarlo al frente, también resaltó su costado más íntimo.“En el único momento en el que no es vago es en el sexo, después en todo. Le gusta dormir, pero es como que se despierta para ese momento… Al principio, yo llegaba tipo 4 de Showmatchy entre que me bañaba, él se despertaba y ya estaba listo para la acción”. ¡Ay, caramba!
Cinthia Fernández y Martín Baclini
Cinthia Fernández dio detalles de su intimidad
