Luego de mucha expectativa, Nicolás Cabré y Rocío Pardo se casaron en Córdoba, cumpliendo con lo que venían anunciando: una boda mágica, en medio de un bosque encantado, con todos los ingredientes de una película de fantasía. Rodeados de amigos y familiares, Cabré y Pardo no solo dijeron “sí, quiero”, sino que se “amarraron” para toda la vida.
Es que el papá de Rufina y la productora cordobesa eligieron darle un toque místico al evento, que tuvo muchos detalles únicos, como un rito de origen celta en el que terminaron atados con sogas, todo un símbolo en estos tiempos de amor líquido que fue uno de los momentos más emocionantes de la noche.
“Mucha felicidad y amor. Gracias a todos los que fueron parte de un día tan especial. Fue mágico”, escribieron Nico y su flamante esposa en sus respectivas redes sociales al publicar el álbum de fotos del evento. Y entre todas las fotos que subieron, hubo una que generó particular revuelo. “El ritual de la foto, ¿alguien me lo explica?”, quiso saber una usuaria, a quien le respondieron que se trataba de una ceremonia llamada ”handfasting".
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Se trata de una “atadura de manos” que simboliza la unión y el amor eterno de la pareja, bendecida por la naturaleza y ante la mirada de sus seres queridos, ubicados en un círculo a su alrededor. Según la tradición celta, este ritual une a las almas de quienes lo realizan y las convierte en una.




LOS DETALLES DEL CASAMIENTO DE NICOLÁS CABRÉ Y ROCÍO PARDO
Uno de los momentos más tiernos de la boda fue cuando los invitados vieron a Rufina acompañar a su papá hacia el altar, ubicado entre los árboles del bosque, lo que marcó desde un inicio un clima mágico y de cuentos. La novia, en cambio, llegó del brazo de su padre, Miguel Pardo.

Rocío Pardo apostó para su gran noche por un diseño minimalista de Ana Pugliesi, con un vestido sirena en piel de ángel, escote drapeado y una capa etérea que acompañaba cada movimiento. El maquillaje sutil y el pelo suelto reforzaron su vibra fresca. Más tarde sorprendió con un cambio de look con un mini vestido para bailar súper cómoda.


Por su parte, Nicolás Cabré eligió un traje de lino beige con camisa blanca y pañuelo al tono, un combo simple pero pulido. El dress code acompañó la estética campestre: ellos en neutros y ellas en marrones suaves. En las fotos grupales se vio la armonía buscada, con una paleta que mezclaba elegancia relajada y clima de celebración. Todo un estilo “élfico” que marcó la jornada.



