A ver si todavía creen que la vida amorosa de Juan Mónaco (35) termina en Pampita. ¡Por favor! Que el tenista estuvo perdidamente enamorado de Carolina Ardohain (41) no hay ninguna duda. Con su ex fueron protagonistas de varias idas y vueltas. Hoy se dejaban y mañana, otra vez juntos. Convivieron, por supuesto, e incluso los tres hijos de Pampita lo adoptaron como el “novio de mamá”. La relación pasó por distintos momentos, como la mayoría de los vínculos conyugales.
Por etapas de prosperidad y por otras que reflejaron diferencias puertas adentro. Los que conocen en profundidad la historia de amor aseguran que esa inestabilidad, casi siempre, obedeció a los humores de Pampita y a la paciencia de Pico para no explotar y provocar un adiós en caliente por enojos momentáneos. Este contexto hizo que el tenista debiera soportar situaciones incómodas que con cualquier otra pareja no hubiera tolerado. Un ejemplo claro lo explican las condiciones que puso la jurado del Bailando por un sueñoen la previa de la última separación, que terminó siendo la definitiva, cuando le exigió a Mónaco que de ninguna manera ser atreviese a presentar una nueva pareja antes que ella.
Este enérgico pedido de la modelo fue aceptado sin chistar, y con el transcurso del tiempo quedó claro que, finalmente, Pico lo trasladó a la realidad tal como se lo solicitaron, posiblemente por respetar el compromiso que había asumido o “para no escuchar más quejas de Pampita”, remarcan desde su entorno más allegado. La prueba que documenta su comportamiento es irrefutable: desde que se distanciaron, al margen de los amoríos que habitualmente se le atribuyen casi a diario, Mónaco recién se mostró en público días atrás, en ocasión de un partido por el torneo de Roland Garros, desarrollado en París. Hasta la capital de Francia se trasladó en compañía de una bella morocha, quien se ubicó a su lado en la platea del estadio y no se despegó un solo minuto de él. Más tarde se supo la identidad de la flamante dueña de su corazón: Diana Arnopoulos. De esta forma, como decía Roberto Galán en los años 80, ¡se ha formado una pareja!
Sí, se ha formado, pues desde el instante en que él se alejó de Pampita, Pico no había presentado así a ninguna mujer con intenciones de convertirla en su novia. Para ser precisos, esa ruptura se habría producido para fines de 2018, pero fue oficializada cuando enero estaba por concluir. Transcurrieron cuatro meses desde el día en que Mónaco le dio su palabra a la ex de Benjamín Vicuña, prometiendo que sería ella la que gozaría de cierta prioridad para difundir el inicio de un nuevo romance y no él. De todas formas, eso es lo de menos. Hoy el tenista está feliz: por sentir que ha llenado un gran vacío y por saber que su ex (en pareja oficialmente con Mariano Balcarce, desde marzo) no tendrá nada que reprocharle.
Diana, la diosa franco-griega que conquistó a Pico
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