La historia se repite una y mil veces. La atención se direcciona a un aterrizaje, con el interés de la sociedad de adquirir más detalles de los protagonistas de esta guerra interminable, ese triángulo que se conformó hace cuatro años: Wanda Nara, Mauro Icardi y la China Suárez.
El futbolista abandonó la opulencia de su cotidianidad en Turquía y se trasladó llamativamente en un vuelo comercial, y no en un avión privado, a Argentina con el objetivo de cumplir con la orden de un juez de festejar la Navidad con sus dos hijas: Francesa e Isabella.
A raíz de la confirmación de esa llegada, los medios montaron guardia en el aeropuerto internacional de Ezeiza, de manera lógica. Así, una maraña de micrófonos siguió al delantero y María Eugenia durante una cantidad enorme de metros de la terminal aérea.
A pesar que en diversas ocasiones la blonda utilizó las cámaras para expresarse, sobre todo cuando fulminó a Benjamín Vicuña, en esta ocasión optó por un silencio hondo. Ante las mil preguntas de los movileros, Icardi siempre se mantuvo callado, inmutado perfectamente.
MAURO ICARDI NINGUNEÓ A LOS MOVILEROS EN EL AEROPUERTO
Hasta que un periodista de eltrece extendió una incógnita lógica: “¿Vas a buscar a las chicas ahora? ¿No querés hablar nada? ¿Tanto odio nos tenés?”. Esa consulta entendible, que se motivaba en el ninguneo tajante, provocó en Mauro una reacción de su lenguaje corporal y le clavó una mirada fulminante.
La única frase que se escuchó de la China refirió a una especie de hastío por la presencia de los medios, dado que expresó: “No puedo caminar si se me ponen adelante. No puedo avanzar”. Eso fue todo. Al regresar del informe, Karina Mazzocco exteriorizó un análisis muy preciso y coherente: “Es gente que ha hecho de su vida íntima un reality show, entonces que ahora se pongan en esta postura no se entiende. Sabemos todo de tu familia, todo. ¿De que la juegan?”.
