Siete años después de una de las separaciones más comentadas del ambiente, Eva De Dominici decidió hablar con honestidad y explicar qué pasó realmente con Joaquín Furriel, con quien mantuvo una relación durante más de dos años.
Aunque la actriz siempre evitó entrar en detalles, esta vez eligió aclarar las dudas y dar contexto sobre un final que, a pesar de la tristeza, estuvo marcado por el respeto y el cariño. Eva, que por estos días disfruta de un presente pleno, con una sólida carrera internacional y una vida armada junto a Eduardo Cruz, recordó aquel capítulo de su vida desde un lugar de serenidad.
“Me sentí muy acompañada por mis amigos y mi familia en ese momento. Fue una etapa difícil, pero hoy lo veo con mucha paz”, expresó, dejando en claro que no hubo conflictos explosivos ni situaciones de tensión entre ellos. En su momento, cuando anunciaron la separación, la actriz había hablado de una decisión tomada de común acuerdo.
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“Va a ser una persona importante para mí, siempre. Lo admiro y lo quiero como persona”, había dicho Eva, reforzando la idea de que el cariño entre ambos nunca se quebró. Furriel también mantuvo la misma línea con el paso del tiempo, destacando no solo la relación que tuvieron, sino también el vínculo que ella conservó con su hija Eloisa.
“Estuvimos mucho tiempo juntos los tres, y que nos hayamos separado no significa que ellas tengan que perder ese vínculo”, expresó el actor. Sin embargo, con el tiempo surgieron versiones que explicaban mejor por qué el romance había llegado a su fin.
Y fue la propia Eva quien ahora puso palabras a esas diferencias profundas pero inevitables. La actriz ya estaba enfocada en desarrollar su carrera fuera del país, con ganas de instalarse en Estados Unidos y apostar fuerte por proyectos internacionales. Furriel, en cambio, tenía claro que quería seguir viviendo y trabajando en Argentina.
Esa distancia de objetivos, combinada con los compromisos laborales de cada uno, fue haciendo que los caminos comenzaran a bifurcarse. “A veces las cosas no funcionan como esperás, pero lo que puedo decir de Joaquín es todo bueno”, reafirmó Eva, cerrando de una vez cualquier especulación malintencionada.
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La diferencia de edad —tema que generó mucho debate en su momento— no fue determinante. Lo que realmente pesó fue el rumbo profesional y personal que cada uno quería tomar. Hoy, ese capítulo forma parte del pasado. Eva está enfocada en su hijo Cairo, en su relación con Eduardo Cruz y en una carrera que sigue creciendo.
Furriel, por su parte, continúa consolidado como uno de los actores más prestigiosos del país. Y aunque sus caminos se separaron hace años, ambos hablan del otro con respeto, demostrando que no todas las rupturas terminan en controversia.
