No cabe ninguna duda: la farándula es campo fértil para el amor. En la humedad de su tierra han germinado relaciones de todo tipo y color. Con protagonistas que anclan su origen en camadas muy distantes, que estuvieron enamorados de manera exprés o que, por el contrario, perduraron en el tiempo pese a las continuas tentaciones del ambiente. Estas últimas no son tantas, pero sobresalen por rendirles tributo a los valores que tradicionalmente marcaron el rumbo de toda pareja: fidelidad, respeto y amor.
En este grupo ya podría considerarse también a Ivana Nadal (29). La morocha ya cumplió diez años de noviazgo con Hernán Rey, quien comenzó siendo uno de sus amigos de la adolescencia y que con el paso del tiempo se convirtió en su compañero incondicional.
“Nos conocimos de muy chicos, pero el primer recuerdo que tengo de los dos es a los 18 años. En ese momento hubo un flechazo en un boliche, City Hall”, contó la conductora para empezar a narrar su singular historia junto a Hernán.
“Yo lo vi, él me miró y no pasó nada. Unas horas después, esa noche, pasé por delante de él para ver qué onda. Y me convidó un chicle. Cuando nos pusimos a hablar nos dimos cuenta de que fuimos al mismo colegio de chicos y que teníamos la misma edad. Aunque fuimos a cursos diferentes. La mamá de él encontró un video en el que estábamos de la manito. Es muy tierno”, agregó.
Al igual que en la mayoría de las relaciones, en el transcurso de la década que llevan transitando a la par Ivana y Hernán, hubo impasses. Períodos que eligieron para tomarse un descanso y evaluar el grado de conveniencia de seguir o no adelante con el vínculo.
“Hubo varias idas y vueltas. La primera separación fue muy charlada. Nos llevábamos bien, nos queríamos y pusimos pausa, con la idea de volver, si se daba. Pasaron cuatro o cinco años y en ese tiempo salí con el Pollo, Joaquín Alvarez. Con Hernán siempre estuvimos conectados por algún motivo y de alguna manera. Entre una cosa y la otra ya llevamos diez años juntos. Nos conocemos un montón, hablamos de todo. Pero somos una pareja y no amigos, cosa que después de tanto tiempo puede pasar. ¡Está más bueno!”, explicó la morocha.
Justamente, chocha por lo bien que marcha todo con su novio y para festejar tanto trecho recorrido a la par, Ivana partió de mini luna de miel a México, puntualmente a Costa Mujeres, donde descansó a orillas de la piscina y recorrió sitios definitivamente cautivantes.
Razones tiene para ser feliz: no es algo menor que una pareja consiga conservar inalterable el amor después de diez años. Evidentemente es posible, aun en un ambiente tan difícil como la farándula.
