La maternidad está llena de primeras veces, de momentos que marcan un antes y un después, tanto para los hijos como para los padres. Esto mismo pasó recientemente con Jimena Barón, que a través de sus redes sociales compartió una situación que la desbordó de emociones: Momo, su hijo mayor -fruto de su relación con Daniel Osvaldo-, tuvo su primera salida de fiesta.
Con la sinceridad que la caracteriza, Jimena relató cómo vivió esta experiencia y qué sintió al acompañar a su hijo en este paso hacia la adolescencia. “Momo tuvo su primera fiesta, fue con pantalones y zapatillas mías”, contó, dejando en claro que su emoción fue tan grande que hasta quiso ser parte, aunque sea desde la ropa.
Lejos de ocultar lo que le pasa, Jimena se describió a sí misma en ese rol que todas las madres buscan equilibrar: “Yo demasiado entusiasmada tratando de ser esa mamá canchera que actúa con total calma, deseando que me cuente y me comparta sus cosas pero sin ser invasiva”. En esas palabras aparece ese desafío tan real de ser cercana pero sin invadir, de estar pero sin asfixiar.
La emoción de ver crecer a su hijo la llevó Barón a proyectarse con su hijo de acá a unos años: “Deseando y emocionándome con esta nueva etapa de que sea ‘grande’ ya con reuniones de viaje de egresados, kiosko y fiesta, pensando cómo ser una mamá compinche y cómo no quedarme helada cuando haga cosas de la adolescencia que hicimos todos y que algunas están bien y otras no tanto”.
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En medio de esta confesión lanzó una frase que no pasó desapercibida y que fue un dardo directo hacia Osvaldo, su ex: “Ya no estoy sola y eso en mi caso es un alivio”. Y aunque reconoció que su maternidad en solitario le dio fortaleza, Jimena también fue clara en que necesitaba algo distinto: “Fue precioso nuestro vínculo mano a mano y confieso haberme sentido muy empoderada en su momento por estar maternando sola. Hasta que anhelé mucho mucho un compañero que me ayude”.
En ese punto, habló con ternura de su actual pareja, Matías: “No sé si existe alguna ecuación divina, a veces creo y a veces descreo, pero yo me lo merecía y llegó Matías”. Así dejó en claro el lugar que su novio ocupa dentro de su vida. Y así, también de forma indirecta, lo diferenció de Osvaldo, quien sería un padre mucho más ausente de lo que parece.
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Por encima de su opinión sobre el papá biológico de su hijo, Barón también hizo foco en el rol que cumple Palleiro en el crecimiento de Momo. Y remarcó el gesto que tuvo su pareja en esta salida del niño: “Lo fue a buscar re tarde y le compró comida. Tampoco me contó toda la charla de hombres que tuvieron. Todo me da un orgullo enorme y mucha emoción”. Y sentenció: “Momo tiene tremendo ejemplo de hombre y yo puedo descansar un poco en eso. Soy muy afortunada”. Clarito, ¿no?
