Un momento inesperado terminó convirtiéndose en una de las escenas más tiernas del fin de semana. Julieta Rossi, ex pareja de Fernando Báez Sosa, confirmó públicamente su romance con Agustín Monzón, nieto del histórico boxeador Carlos Monzón, tras una emotiva situación ocurrida en el evento Párense de Manos, realizado el sábado en el estadio de Huracán.
La velada boxística reunió a figuras del espectáculo y tuvo como una de sus peleas destacadas el enfrentamiento entre el nieto de Carlos Monzón y el nieto de Ringo Bonavena. En un combate que generó gran expectativa, el triunfo quedó en manos del representante del apellido Bonavena.
Sin embargo, más allá del resultado deportivo, el momento más comentado de la noche llegó después del combate. Al finalizar la pelea, Agustín Monzón sorprendió a todos al invitar a Julieta Rossi a subir al ring. Frente al público presente, le pidió que fuera su novia, acompañado por un abrazo y un beso que rápidamente se viralizó en redes.
Horas más tarde, Julieta decidió romper el silencio y confirmar el romance a través de un posteo en Instagram. Junto a una imagen del momento compartido en el ring, la bailarina escribió: “Qué orgullo y emoción tan grande. Gracias por dejarme acompañarte en esta y en todas tus locuras”, acompañado por un emoji de corazón.
Julieta Rossi mantuvo durante mucho tiempo un perfil bajo tras el asesinato de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell. Durante los meses posteriores al crimen, la joven estuvo muy cerca de Graciela y Silvino Báez Sosa, acompañándolos en marchas y actos en pedido de justicia, lo que generó un fuerte vínculo entre ellos.
Por ese motivo, tras conocerse esta nueva relación, surgieron interrogantes sobre la reacción de los padres de Fernando. Según se comentó en el programa Arriba Argentinos (El Trece), ambos habrían alentado a Julieta a rehacer su vida y a darse una nueva oportunidad en el plano sentimental.
Durante el evento, Agustín Monzón también expresó públicamente su amor por Julieta y aseguró que, más allá del resultado del combate, buscaba “una victoria emocional”, destacando el acompañamiento de la joven durante todo el proceso de preparación.
