Las rispideces dominan ese vínculo forzado, esa relación que continuará toda la vida, a pesar de su nulo deseo de compartir ni un vaso con agua. La China Suárez y Benjamín Vicuña transitan por un presente álgido, sumamente espinoso, por la disputa por la tenencia de sus hijos.
El chileno confirmó, ayer, que nunca estuvo al tanto de la sorpresiva escolarización que ejecutó María Eugenia en Turquía. Incluso, el actor corroboró que se anotició de la inscripción de Magnolia y Amancio a un colegio en Estambul a través del Instagram de su ex pareja.
Desde ese punto se activaron miles de teorías, así como se recrudecieron las peleas en el plano judicial con la intervención de los abogados de ambas partes. En ese sentido, varias voces soltaron que la idea de la China es disponer de treinta días seguidos de sus pequeños y apenas diez para el actor. Un régimen muy singular, principalmente por esa decisión intempestiva de la blonda de salir corriendo del país para perseguir a Mauro Icardi a Turquía.
Ahora, María Eugenia visitó de modo veloz la Argentina, le llevó a Vicuña a sus dos hijos y el viernes emprendió vuelo para regresar a los brazos de Icardi, pero solamente con Rufina Cabré. Eso activó la duda y todos se preguntan qué sucedió, si existió una negativa legal del chileno.
LA CHINA SUÁREZ LLEGÓ A TURQUÍA
La China mostró su abordaje en Ezeiza y ahora acaba de confirmar que aterrizó en tierras turcas. La mediática se encargó de gritarle al mundo que está en la mansión de Mauro y con su hija Rufina, por eso se filmó en primer plano con la heredera de Nicolás Cabré.
Así, María Eugenia se encargó de mandar un mensaje: “Después de un vuelo de diecisiete horas, de las cuales dormimos doce las dos…”. La pequeña le recordó que estuvo una hora más envuelta en sueños, por eso Suárez aclaró: “Tengo un problema y un talento, que es que me duermo en cualquier parte”.
