Capricorniana organizada y precavida, Pampita la hizo muy bien. Mientras en Buenos Aires estallaba la bomba de su inesperada separación de Martín Pepa luego de ocho meses de relación, ella estaba en Villa La Angostura, el destino sureño que eligió para disfrutar con sus hijos y sus amigas más íntimas de las vacaciones de invierno.
Bien rodeada y contenida a pocos días de terminar su noviazgo, que ella confirmó que fue el 9 de julio, Pampita se encargó de mostrar cómo transita su separación. Así fue como, mientras en El Trece daban la primicia, ella empezó a compartir contenido desde la Patagonia.
Tal como hizo cuando se supo que su matrimonio con Roberto García Moritán había terminado, Pampa aprovechó el momento de altísima visibilidad para facturar y subió varios canjes desde Cerro Bayo, incluido el hotel donde se hospeda con vista al bosque.
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“Así nos despertamos hoy”, anunció Pampita al mostrar las vistas desde su habitación, un balcón al hermoso paisaje nevado, dejando ver la fascinación de su hija Anita, recién levantada a los mimos por uno de sus hermanitos. Luego, la modelo siguió posteando historias desde el cerro, a pura diversión y juego con los suyos.
LA CRISIS DE PAMPITA Y MARTÍN PEPA
Dicen que fue Pepa quien tomó la decisión de cortar la relación y que ya estaría haciendo “vida de soltero”. Que la conversación final fue por teléfono y que ella no quería terminar. Como sea, hace tiempo que Pampita manifestaba con sinceridad que había un detalle que no le cerraba de su novio y que anticipaba la crisis.
Sus últimas declaraciones sobre su vínculo, de finales de mayo, lo dejan ver. Consultada sobre su noviazgo para Desayuno Americano (América), Pampa lanzó, entre risas, un lacónico “Ahí estamos”. Y cuando le preguntaron sobre cómo se llevaba con la distancia, ella no lo dudó: “Yo mal, a mí me cuesta mucho”.
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Sin embargo, ella dejó en claro que estaba a dispuesta a remarla y a encontrarle la vuelta con Martín Pepa: “Vale la pena el esfuerzo y las ganas”. “Me voy acostumbrando”, señaló, antes de asegurar que con el empresario iban “muy tranquilos, de a poquito”.
