En noviembre del año pasado, Justina Bustos se separó de Mariano Bustillo tras cuatro años de relación. Tras varias idas y vueltas, y ya sin ánimos de seguir intentándolo, le pusieron punto final a la cuestión. Durante todo este tiempo, si bien se habló de posibles romances, ninguno de ellos logró pasar del rótulo de rumor y transformarse en realidad.
Sin embargo, casi un año después, el amor volvió a golpear nuevamente su puerta. En plena primavera, el amor floreció y la rubia recogió el fruto. Con ganas de enamorase y volver a sentir mariposas en la panza, ella lo recibió con los brazos abiertos.
Al igual que ella, el hombre, que utiliza para presentarse su nombre artístico, promueve el bajo perfil. Si bien nació en Mendoza la profesión lo llevó a vivir mucho tiempo en Uruguay y hasta en Brasil. Con respecto a su labor, su trabajo se conforma por pinturas y dibujos en la línea de la abstracción y la geometría. Es considerado uno de los grandes artistas del arte rioplatense.
El hombre en cuestión es el artista plástico Azul Caverna. Un mendocino de 40 años –ella tiene 30- que desde el primer día la tiene completamente enamorada y feliz.
Por el momento, la cordobesa no hablo de este romance y, teniendo en cuenta su bajo perfil, tal vez espere un momento prudente para darlo a conocer. Más allá de lo que representa para el medio, ella suele manejarse con pie de plomo. “No soy una figura mediática que invita a la gente a opinar de mi vida privada. No suelo mostrar esta parte de mí. Así lo siento”.
