Ricardo Darín y Florencia Bas encontraron en pleno barrio de Palermo el lugar perfecto para construir su hogar: una casona histórica, edificada en 1938, que originalmente perteneció a una familia aristocrática porteña.
El actor y su esposa la compraron hace más de veinte años y desde entonces, se encargaron de renovarla por completo, cuidando cada detalle para mantener la esencia original, pero adaptándola a un estilo moderno, luminoso y funcional.
La fachada es uno de los elementos que decidieron conservar intactos. Con su arquitectura clásica, los ventanales amplios y los detalles antiguos, la vivienda sigue destacándose en una de las zonas más icónicas de la ciudad. En su interior, la casa combina historia con modernidad: pisos de madera, techos altos y materiales nobles conviven con una decoración contemporánea que refleja el gusto sobrio y elegante de la pareja.
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Uno de los ambientes más llamativos es la sala de estar. Allí predominan los tonos oscuros, el mobiliario moderno y una iluminación cálida que genera un clima íntimo y relajado. Este espacio, que también se conecta visualmente con el jardín gracias a sus grandes ventanales, se convirtió en un verdadero refugio familiar donde Darín disfruta de la tranquilidad lejos de las cámaras.
La cocina, completamente renovada, responde a un estilo moderno y funcional. Equipada con electrodomésticos de última generación, cuenta con una isla central ideal para preparar comidas, charlar y compartir picadas informales. La mezcla de madera, acero inoxidable y texturas depuradas le da un toque elegante sin perder practicidad.
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La casa también tiene dormitorios amplios y pensados para el descanso. La decoración en tonos neutros y la luz natural que ingresa desde distintas direcciones crean un ambiente sereno, perfecto para desconectar. En la misma línea se encuentran los baños, que ofrecen bañeras y duchas de hidromasaje, con terminaciones de alta calidad que continúan con el estilo minimalista y sofisticado del resto del hogar.
Pero si hay un espacio que verdaderamente destaca es el jardín. Se trata de un pulmón verde en medio de Palermo, con árboles, plantas y sectores perfectamente diseñados para el relax. Allí también pasan buena parte del día los cuatro perros de la familia: Marón, Kenya, Nelsón y Nancy, que suelen aparecer en las fotos que Darín comparte en redes.
El jardín incluye, además, una piscina que ocupa casi un tercio del terreno, una parrilla y un área de descanso ideal para reuniones, asados y tardes al aire libre. Según la revista Deck, la vivienda mantenía intactos varios elementos originales de su época aristocrática, por lo que al llegar, Darín y Bas hicieron una remodelación profunda pero respetuosa: conservaron la esencia y el carácter histórico, pero abrieron espacios, sumaron luz y modernizaron materiales.
El resultado es una casa que combina historia, buen gusto y calidez, y que refleja la vida tranquila y familiar que Darín cultiva lejos del mundo del espectáculo.
Las fotos de Ricardo Darín en su casa con sus perros:






