Una daga clavada por la espalda, como la peor de las artimañas. Jamás podrá disipar la sensación de traición que le recorre las venas y que la sume en una profunda tristeza. Marina Calabró sintió el dolor en el alma por la actitud que ejecutó Rodrigo Lussich, a quien consideraba un gran amigo.
La talentosa panelista sufre días convulsionados, dado que se animó a iluminar públicamente la separación de su pareja de más de diez años, para lo cual eligió a Ángel de Brito para informar la noticia por primera vez en los medios de comunicación.
Marina optó por ordenar la salida a la luz de su quiebre sentimental, por eso procuró manejarse con códigos y les avisó a sus colegas más allegados que deseaba que Ángel oficiara de vocero de la situación. Claro que nunca imaginó que Lussich se mandaría solo a publicar la noticia en su cuenta de Twitter.
En definitiva, el conductor de LAM tomó la posta y abordó el tema con mucho respeto para con Calabró, para detallar las circunstancias que incidieron en el cierre de esa extensa historia de amor. Pero todo derivó en las secuelas angustiantes que padeció Marina.
Así, Yanina Latorre intervino para describir el contacto privado, e íntimo, que mantuvo con la hermana de Iliana Calabró y narró que se hundió un llanto desconsolado por la actitud deshonesta de Lussich de romper el pacto de confianza y postear en sus redes sociales la separación sin su consentimiento.
La angelita hizo gala de sus averiguaciones y explicó el llamado desesperado de Marina a Rodrigo para recriminarle esa actitud de informar unilateralmente y quebrar su confianza: “Lussich le dijo ‘bueno me dijiste que Ángel lo iba a contar, ¿por qué no lo puedo contar yo en Twitter?’. Un cínico”.
El eje más controversial en toda esta trama se centra en la amistad de más de veinte años entre la periodista y el uruguayo. Mismo sentimiento que siempre confesó por Adrián Pallabres. Justamente sobre el otro conductor de Socios del espectáculo, Yanina contó la postura que tomó en esta pelea: “Ella lo llamó a Pallares también llorando, en lugar de decirle ‘es un boludo tenes razón le voy a hablar’. Le dijo ‘yo no me quiero meter, los quiero a los dos’”.
