El universo le permitió vivir la enorme experiencia de la paternidad una vez más a Alejandro Fantino, que se convirtió en padre de Beltrán, hace dos semanas, junto a su esposa Coni Mosqueira. Más allá de la felicidad inconmensurable, el conductor atraviesa la complejidad de la internación del pequeñín.
El heredero del famoso nació de manera prematura, con un peso inferior a los dos kilos, por lo cual el cuerpo médico determinó la permanencia en el sanatorio, en el área de neonatología. A pesar de la incertidumbre, el santafesino se mostró entero y con un semblante de seguridad sobre la evolución del bebé.
En una entrevista con Intrusos, Alejandro describió los factores que incidieron para esta determinación médica y sostuvo: "Está en neo porque nació en la semana 35, con un peso por debajo de los dos kilos, que lo obligó a estar unos días en neo. Está bueno esto contarlo”.
Respecto a la reacción lógica de inquietud y el modo en que afronta este paso, Fantino exteriorizó: “Uno nunca está preparado como papá y es mucho más común de lo que uno cree que tu bebito vaya a neonatología". Asimismo, el periodista anticipó la fecha de alta: “Ya si Dios quiere en unos días se va”.
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Envuelto en su capacidad de análisis, el famoso iluminó el aspecto positivo de este presente y con mucha honestidad narró: "Es una enseñanza neo, es decirle a los futuros papás que van a traer un hijo al mundo, tranquilos, tranquilas. Neo justamente es para esto, para que tu bebito salga como tiene que salir".
Por otra parte, Alejandro enumeró las condiciones que deben cumplirse para que Beltrán pueda cambiar esa sala de la clínica por el hogar familiar. "Para irse de neo necesita: pasar un cierto kilaje y tener el reflejo de succión desarrollado. Esto me hizo conectar fuertemente con lo milagroso de la vida y de una energía llamada Dios, que cada uno le pone el nombre que quiere", especificó.
