La familia de Natacha Jaitt vuelve a estar en el ojo de la tormenta por un episodio totalmente inesperado y hasta turbulento. Todo se dio luego del fuerte testimonio de Valentino Yospe, el hijo adolescente de la modelo fallecida en 2019, que denunció públicamente a su tío, Ulises Jaitt, por constantes maltratos y diferentes situaciones de violencia.
En medio de la conmoción mediática apareció Antonella Olivera, la hija mayor de Natacha, que usó sus redes sociales para hablar del reciente escándalo de su hermano. Y si bien ella trató de desligarse de la situación, envió un mensaje para apoyar su hermano y, al mismo tiempo, un pedido de respeto hacia la intimidad familiar.
A través de una historia de Instagram, Antonella escribió: “Sé que en los últimos días se habló públicamente de una situación muy dolorosa que involucra a mi familia. Como hermana, acompaño a mi hermano en lo que siente y respeto profundamente su voz y su valentía al expresarse”. Así respaldó la decisión de Valentino de contar lo que vivió, aunque no comparte la idea de exponer en detalle cuestiones privadas ante los medios.
De hecho, la hija mayor de Natacha marcó un límite claro: “Creo que no me corresponde exponer temas tan íntimos en los medios. Hay situaciones familiares muy dolorosas. Agradezco el respeto y el espacio para que cada uno pueda transitar su camino como lo necesite”.
EL POSTEO DE LA HIJA MAYOR DE NATACHA JAITT TRAS EL ESCÁNDALO DE VALENTINO Y ULISES
El gesto no pasó inadvertido. Mientras Valentino relató por primera vez los episodios de maltrato que asegura haber sufrido bajo la tutela de su tío Ulises, Antonella eligió correrse del lugar de la exposición, aunque sin dejar de acompañarlo. Sus palabras reflejan un delicado equilibrio: la empatía fraterna frente al dolor y la necesidad de cuidar los límites de una familia que, desde hace años, vive bajo la mirada pública.
La declaración de Antonella llegó justo después de la nota en la que Valentino describió en detalle lo que dice haber padecido. Según su testimonio, desde los ocho años soportó golpes con cinturón y palo de escoba, fue arrastrado por la casa y hasta sufrió la rotura de sus teléfonos como forma de aislamiento. Con el paso del tiempo, buscó ayuda profesional y finalmente se animó a radicar una denuncia por violencia familiar.
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Cada detalle dado por el adolescente en su testimonio aumentó la tensión, y Ulises hasta ahora eligió no hablar. Ahora, con el mensaje de Antonella, el tema se redimensiona y vuelve a instalar un interrogante profundo sobre la intimidad de la familia Jaitt y el impacto de la exposición mediática en momentos de dolor.
