Siempre su espíritu fue jovial. La sonrisa, una constante, y la simpatía, su marca registrada. Nancy Dupláa no es únicamente una cara bonita. Tiene personalidad, cierto carisma y, desde luego, preparación artística. Tal vez por eso, a los 48 años se da gustos que otros no pueden. Por ejemplo, continuar defendiendo el modelo económico y político del gobierno anterior sin temor a que se le cierren puertas laborales y mostrar una opinión formada con respecto a temas delicados que están instalados en la agenda pública. Lo hace, claro, sin dramatizar y evitando la confrontación, porque su principal caudal de energía está direccionado a otra cosa. Dentro de muy poquito tiempo tanto ella como su pareja, Pablo Echarri, precisamente otro de los actores abanderados del kirchnerismo, volverán al ruedo.
Nancy lo hará en la ficción que Telefe pondrá en el aire por las noches, titulada Cien días para enamorarse, mientras que el galán debutará el 16 de marzo con lo que pasará a ser la primera novela argentina incorporada a la programación de Netflix. Junto con Juana Viale, Echarri encabezará un elenco de composición internacional, ya que además de Sofía Castiglione y Daniel Hendler, también actuará el español Andrés Velencoso. Nancy, por su parte, aguarda con ansiedad que el canal de las tres pelotitas presente Cien días… pues, como la propia actriz manifestó, ni siquiera el paso del tiempo consigue abolir esa adrenalina que fluye ante cada estreno. “Estoy viviendo una situación ambigua… por volver al ruedo en este momento de mi carrera”, expresó Nancy, que por supuesto también dio su parecer sobre la despenalización del aborto y del presente socioeconómico del país.
“Esto es simple: no se puede no estar a favor del aborto, porque es una cuestión de salud pública y decenas de chicas mueren por año. Lo bueno es que se instaló en programas populares y te desasna. Todos venimos de familias machistas, nosotras somos hijas de madres machistas y todos tenemos mucho para aprender, incluso muchas mujeres ¿Cómo veo a la Argentina? Con dolor, con bronca, por el gran nivel de desocupación que hay”. Por suerte para ella, trabajo no le falta. Por eso aprovecha cada momento libre para disfrutarlo, antes de que las grabaciones se acentúen y los compromisos acorten el tiempo de ocio. Entre sus principales salidas figuran los encuentros con amigos.
Días atrás, se juntó a comer con Mónica Antonópulos y Andrea Pietra, en la casa de la Griega, sita en la localidad bonaerense de Martínez. Nancy concurrió con Echarri, y en los días previos la organización fue perfecta. A la vieja usanza, cada una se comprometió a llevar algo. A Nancy le tocó el vino, a Pietra el sushi y Antonópulos, además poner a disposición las instalaciones de su finca, se hizo cargo del postre y de la bebida sin alcohol. En conjunto la pasaron bárbaro. Hablaron largo y tendido. De trabajo (Mónica no pudo ocultar su felicidad por el rol que le asignaron a Marco Antonio Caponi, su pareja y futuro padre de su hijo, quien encarna a Sandro en Sandro de América), pero también de otros temas. Fue una jornada de distensión. Para consolidar los vínculos afectivos y alimentar amistades añejas, esas que tienen un valor agregado. Nancy, por supuesto, chocha. Porque dentro de ella lleva la polenta de La Leona pero simultáneamente la frescura de Montaña Rusa. Llegó con dos botellas de tres cuartos, elegidas detenidamente. Porque reuniones así siempre justifican un buen brindis.
Las chicas pasaron una tarde genial junto a Mónica Antonopulos.
Pablo Echarri también fue de la partida.
Nancy se encargó ella solita de las botellas.
Y desafió a su marido con la mirada.
