Era uno de los estrenos más esperados, porque implicaba el debut de Netflix con una producción local, pero rápidamente desilusionó. Edha era una apuesta fuerte y tenía, en apariencia, los elementos necesarios para convertirse en un buen producto. La dirección quedó en manos de Daniel Burman, contó con una producción con recursos y un elenco lleno de figuras, pero los protagonistas hicieron agua.
Tanto Juana Viale como Andrés Velencoso fueron destrozados por la crítica. Ella, por su habitual falta de expresividad; él, por un acento argentino poco logrado. Algunos hicieron referencia a esta dupla como el mayor error: “Su relación transmite las mismas emociones que un ladrillo, es forzada y tensa", e incluso señalaron el desaprovechamiento de los grandes nombres que tiene la ficción y que, a pesar del gran trabajo de algunos, no logran sostener a la serie: "En verdad, no hay ningún intérprete que se salve demasiado ante un material tan mediocre, torpe y subrayado. Pablo Echarri y Sofía Gala Castiglione sacan a flote sus personajes; pero Edha –entre muchos otros derroches– se da el gusto de desperdiciar a figuras como Julieta Cardinali, Julieta Zylberberg, Daniel Hendler, Carla Peterson, Martín Seefeld, Inés Estévez y muchas más", agregó el crítico Diego Batlle. Para peor, Juanita es la voz en off que lleva el hilo de Edha, y hasta en eso la castigaron duro: “Es monocorde e inexpresiva, incapaz de ofrecer mínimos matices".
Juana destrozada por la crítica
Echarri, el actor que se destaca