Habían puesto fecha de casamiento. Incluso habían ventilado detalles de cómo sería la fiesta. Anunciaron una fecha orientativa para la celebración. Dijeron la cantidad de invitados que tenían previsto convocar. Estaba todo preparado para que Alejandra Maglietti (33) y Jonás Gutiérrez (35) finalmente se convirtieran en marido y mujer.
La modelo y el futbolista tenían pensado coronar con las alianzas un romance que nació cuando el futbolista atravesaba uno de sus momentos más difíciles. Estaba con poca actividad debido a sus problemas de salud en Inglaterra y su futuro deportivo era un signo de interrogación. Con la formoseña, el Galgo encontró contención y regresó a la Argentina revitalizado. Jugó en clubes importantes, reencauzó su carrera, pero en el plano sentimental las cosas no salieron como esperaba.
Hace aproximadamente dos meses, Maglietti admitió que se habían separado. Y lejos de lanzar reproches al aire o “caerle” con acusaciones por despecho, la panelista de Bendita optó por sobrellevar el duelo estudiando. Sí, porque más allá de ser abogada y periodista y seguir luciéndose en las pasarelas, ahora quiere volar bien alto: acaba de empezar las clases para convertirse en piloto de aviones. Inquieta y exigente, la rubia (ahora platinada) pretende superar el mal trago de la mano de los libros. Porque ya no se conforma con los roles secundarios. Ahora quiere mirar a todos desde arriba, sin que nadie le corte las alas.
Alejandra busca nuevas motivaciones en la vida.
¡Qué miedo!
Alejandra se tomó en serio lo de tomar clases.
