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El grave problema “mecánico” que le arruinó la tarde al Chino de ShowMatch

El vehículo del humorista de Showmatch presentó un desperfecto y su propio dueño se encargó de arreglarlo. Capot levantado, manos a la obra y todo solucionado.

Publicado por
Damián Basile

A cualquiera le puede pasar. Nadie está exento de sufrir un percance cuando va manejando. De un dolor de cabeza en la vía pública por un desperfecto intempestivo no zafa ni el famoso que trabaja con Marcelo Tinelli ni don Alberto, el panadero del barrio. Las autos son así: en el momento menos pensado dejan de funcionar y varios se arremangan decididos a meter mano, aun sin saber demasiado del tema.

En una experiencia tan estresante no queda lugar para pensar en otra cosa que en reanudar el recorrido, para lo cual, por supuesto, es elemental que el motor arranque nuevamente. A Walter D´Angelo (44) no le quedaron demasiadas alternativas: tuvo que bajarse y levantar el capot para intentar descubrir el origen del problema mecánico que lo dejó a pie, mientras iba al volante de su camioneta Audi por cercanías de la productora La Corte.

Afortunadamente para el Chino, uno de los humoristas históricos de Showmatch, la mala suerte fue bastante misericordiosa con él, ya que al menos le dio margen para estacionar. Ahí fue cuando el cómico descendió del vehículo con el propósito de determinar la falla que generó la repentina interrupción de la marcha.

Por fortuna, no estaba vestido para ir al canal ni nada por estilo. Con ropa cómoda, jean y remera, para ser más precisos, se encargó de subsanar el inconveniente sin verse obligado a llamar a ningún especialista. Tampoco fue algo grave. Revisó el aceite, controló el agua, chequeó las mangueras para verificar eventuales pérdidas y accionó de acuerdo con el diagnóstico, que además incluyó una minuciosa revisión de las luces delanteras.

Finalmente consiguió arreglarlo y logró completar su camino, aunque, claro, volvió a subirse a la “chata” después de un buen rato. La espera fue lo de menos, obviamente. No había compromisos inmediatos ni, desde luego, protecciones divinas que garanticen inmunidad cuando se trata de fierros.