Furia Scaglione viene de ser tema de conversación durante los últimos días. Lejos de sus escándalos y las peleas que protagonizó en su edición de Gran Hermano -recordando que también pasó por la casa este mismo año-, fue noticia por el importante cambio estético al que se sometió: se operó la nariz.
Lo cierto es que, como parte de un deseo que quería cumplir desde hace tiempo, Furia decidió cumplir uno de sus grandes deseos estéticos y se sometió a una operación de nariz. Sin filtro y fiel a su estilo, compartió con sus seguidores el minuto a minuto del postoperatorio… y no todo es tan sencillo como parece.
A través de sus redes sociales, Furia fue contando el proceso que está atravesando después de la rinoplastia que se realizó con el Doctor Garone. En sus historias de Instagram, mostró el rostro vendado, con la nariz completamente inmovilizada. Una situación que alarmó a todos.
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“Gracias por tantos mensajes. Tengan hermoso día”, escribió para agradecer el cariño de su público. Cabe destacar que la estratega reunió varios adeptos desde su paso por Gran Hermano, donde fue la gran protagonista de la temporada. Obviamente esto hizo que todos ellos se acerquen a ella en este importante paso que dio.
CÓMO SE ENCUENTRA FURIA TRAS SU RETOQUE ESTÉTICO EN LA NARIZ
Pero más allá de lo estético de la operación, Furia reveló que también molestias y secuelas de la intervención. “Me pude destapar la nariz como me dijo el doc. Me apliqué estos cornetes que tengo que usar ocho horas diarias hasta esta altura porque no quiero tener agujeros enormes, pero sí quiero respirar. Estoy muy feliz”, confesó.
Parte de un posoperatorio es delicado y requiere paciencia, cabe destacar que la cirugía implicó limar hueso del tabique y tocar zonas muy sensibles del rostro, lo que le genera ciertas complicaciones para respirar normalmente. Por eso, Furia debe mantener la nariz vendada y usar dispositivos que mantengan abiertas las fosas nasales varias horas al día.
Furia, que había anticipado su operación con entusiasmo, ahora eligió tomarse un tiempo de reposo y, mientras sana, aprovecha para mantenerse conectada con su gente. Y como siempre, muestra todo lo que pasa en su vida. No es de esos personajes que desaparecen, y menos si hablamos de una cirugía de la cual todos estaban pendientes.
Por el contrario: Juliana documenta, agradece, se ríe de ella misma y transmite ese fuego que la convirtió en una de las figuras más carismáticas del último tiempo. Ahora, en versión postquirúrgica, pero con la misma intensidad de siempre.
