Chechu Bonelli decidió dar un paso al costado del ruido mediático y priorizó su paz interior. Luego de que Darío Cvitanich confirmara su relación con la modelo Ivana Figueiras, la conductora eligió escapar del escándalo con un viaje cargado de aire puro, amistad y reflexión. Armó las valijas y partió hacia Siambón, Tucumán.
Durante su estadía, Bonelli se mostró rodeada de amigas, risas y atardeceres que parecían pintados. En una de las postales más comentadas, posó sobre el césped con un grupo de mujeres vestidas con estilo country, entre botas tejanas y sombreros, bajo un cielo teñido de naranja.
En cada foto, Chechu mostró una energía distinta: más liviana, más auténtica, más conectada con su entorno. Apareció caminando entre colinas, sentada sobre una parva de heno o simplemente disfrutando del atardecer con el viento en el rostro.
En la descripción del álbum, la conductora dejó ver su presente emocional con palabras sinceras: “Un finde con amigas nunca falla. En todo este cambio lindo y motivador una siempre trata de volver a conectar con gente que le hace bien. Y sin dudas mis amigas hacen que mi mundo sea maravilloso. Muchas charlas, risas, abrazos... Todo lo que necesitaba ellas lo tenían guardado para mí. Las amo con toda mi alma”.
LA DECISIÓN DE CHECHU BONELLI
Mientras su ex disfruta su nueva relación en Buenos Aires, Bonelli eligió la distancia para reencontrarse consigo misma. En vez de responder con declaraciones o polémicas, respondió con imágenes de paz. La prensa intentó obtener su palabra sobre la relación de Cvitanich, pero ella prefirió mantener el silencio.
Así, la exmodelo transformó el dolor en impulso y el fin del matrimonio en un comienzo distinto. Su viaje a Tucumán no fue un simple descanso: fue una forma de cerrar un capítulo con dignidad y abrir otro con calma.
