La fama explotó alrededor de la figura de Marcos Ginocchio, a partir de su consagración en Gran Hermano, que rompió con todo lo preestablecido en cuanto a las mediciones de rating, con récords descomunales que no se vivían en la televisión argentina.
Esa notoria visibilidad se tradujo en el salteño en un sinfín de factores positivos, como el cariño inconmensurable que la gente le transmite en la vía pública y en las redes sociales, así como en el aluvión de propuestas laborales, para sumarse a ciclos televisivos o oficiar de modelo de grandes campañas.
Dentro de una de las aristas para facturar este boom, Marcos encontró en las presencias en los boliches una vía muy interesante para recaudar y engordar su billetera, al igual que el resto de los ex participantes del reality que emitió Telefe.
En ese raid, Ginocchio fue contratado por una disco de Misiones, a donde se dirigió el pasado fin de semana, solo, sin ninguno de los otros aventureros que compartieron el encierro en la casa más famosa de la televisión. Y lamentablemente padeció un momento muy incómodo.
CÓMO FUE EL ACOSO A MARCOS GINOCCHIO
Resulta que un hombre se subió al escenario, donde Marcos trataba de entretener a los miles de jóvenes que se acercaron a la disco. Ahí, esta persona lo abrazó por largos segundos, le habló al oído e intentó quitarle la remera por la fuerza.
Las imágenes se viralizaron rápidamente y así se llenaron de críticas a este misionero que acosó a Ginocchio, con mensajes como: “Marcos merece respeto”, “Levantarle la ropa es pasar un límite. Ese tipo es un irrespetuoso”, “¿Nadie le avisó que no da? Flor de maleducado”, “Marcos es copado, pero se nota que no le gustó”, “Atrevido y desubicado. ¿No ve que le dicen que no?”.
