El año pasado, cuando Elba Rodríguez (29) sopló las velitas de su torta de cumpleaños pidió un solo deseo: encontrar un compañero de vida que, por sobre todas las cosas, quisiera a su pequeña hija. La recordada ganadora de MasterChef –reality de cocina que se vio por Telefe– venía de años de soledad, dedicada al trabajo, al cuidado de su pequeña dulzura, Agustina, y ayudar a su familia.
Pero la posibilidad de una historia de amor la ilusionó al punto de imaginarse casada y con una familia conformada. Al mes de relación, se comprometió con Jorge Kasagian y fijaron fecha de boda para el próximo 6 de noviembre. Pero la relación no funcionó y, más allá de suspender la boda, se terminó el amor, algo que afectó y mucho a la experta en arte culinario.
“Ahora estoy bien… A la par de la separación hubo varios problemas personales y me costó mucho buscar el equilibrio”, reconoció, reflexiva. “¡Con el amor no alcanzó! Esta vivencia me hizo feliz en su momento, pero tuve que tomar esta difícil decisión, dejando todos mis proyectos de amor de lado. Hay personas que tardan meses, años para dar el gran paso…”, sostuvo en voz alta.
“Nos apuramos mucho y eso también nos jugó en contra. La realidad es que con Jorge tenemos mucho por mejorar, pero por caminos diferentes… Toqué el cielo con las manos y de repente todo se terminó. Tantos proyectos hermosos por realizar quedaron en la nada. El amor de pareja no es para mí, ya no quiero casarme. Soñaba con tener más hijos, ahora no lo deseo más. Fue una experiencia linda mientras duró”, se sinceró Elba.
–¿Estás segura de que no hay posibilidad de reconciliación?
–Por mi lado no me interesa rehacer mi estado sentimental y prefiero mantenerme sola y feliz aferrada al amor que me dan mi familia y las personas que me siguen. Acabo de sacar mi línea de delantales exclusivos y elijo estar enfocada en eso. El trabajo, en estos momentos, también es mi impulsor para salir a flote. Puedo estar mal internamente, pero decidí seguir por todas las bellas cosas que me da la vida.
–Sin duda te afectó mucho la ruptura…
–Me agarró depresión y eso te perjudica en todo, hasta para cocinar.
–¿Depresión? ¿A ese punto llegaste?
–Estaba desanimada, con ganas de dormir todo el tiempo, por momentos me desconectaba. Pero como tengo a mi hija, mi familia y mi trabajo, no podía dejar de seguir con mi vida. Tengo tantos motivos para seguir como para dejarme vencer por esto. Pero bueno, me aferré a ellos para estar lo mejor posible.
–¿Recurriste a la terapia?
–No fui a un psicólogo, pero ganas no me faltaron. Mi papá acaba de salir de alta y eso es una muy buena noticia.
–¿Qué pasó con la salud de tu padre?
–Le colocaron un marcapasos, una operación simple pero a la vez compleja, por los problemas de salud que tiene de base y por su edad. El comienzo de clases de Agustina fue también uno de los motivos para seguir adelante. Y que en los últimos tiempos recibí varios mensajes positivos que me llenaron de buenas vibras, algo muy importante para mí porque soy sensible.
