Iliana Calabró habló de los recortes de gastos que tuvo que hacer – Revista Paparazzi

Iliana Calabró habló de los recortes de gastos que tuvo que hacer

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En su primer verano después de volver a apostar a la convivencia, Iliana Calabró (51) regresó a Mar del Plata como parte de Mi vecina favorita, en el Teatro Lido. Instalada en la zona de Playa Grande, frente a la Base Naval marplatense, que aún espera respuesta sobre los tripulantes del submarino ARA San Juan, la actriz comparte sus días –y noches, claro– con Antonello Grandolfo, el tano, con quien comenzó una relación a mediados de 2015. “Aquí, en esta zona, se ve todo el tiempo movimiento de gente. De hecho, en la puerta del edificio que alquilé hay banderas que dejaron familiares y amigos. Cada vez que paso con el auto, yendo o viniendo del centro al lugar donde estamos instalados, me da mucha tristeza. Al teatro invitamos a sus familiares y Lizy (Tagliani) hizo referencia desde arriba del escenario”, comenzó la charla la artista. De grandes caminatas por la playa, es uno de los momentos del día que más disfruta junto a su amor. “Aprovechamos para charlar de la vida, del trabajo, de todos los temas… Me gustaría poder viajar lejos porque, por más camuflado que uno vaya por la calle, siempre te paran. Otra de las cosas que nos unen en gusto con Antonello, más allá de los dos tener esencia italiana, es el recibir amigos en casa, hacer cenas, grandes comilonas. Yo acumulé millas de tantas giras, ahora falta tener el tiempo para viajar. ¿El casamiento? Soy de las que creen, a esta altura de mi vida, que el amor se consolida en el día a día. Quizá te sorprendemos con la fecha del casamiento… Pero ahora apostamos a la convivencia, que a esta edad no es fácil. Porque venimos de mundos distintos. Si bien, como te decía antes, la esencia es la misma, no es fácil. En el caso de Antonello todavía tiene hijos muy chicos. Ellos disfrutan, se adaptan a venir a visitarnos y hacer sus cosas. La más grande salió a bailar con amigas, pero la más chica se aburrió un poco. Uno no los expone, pero al acompañarme quedan expuestos. La mía no es una profesión sencilla en esos términos”, reconoció Iliana.

Prudente. “Yo me encargo de toda la economía de mi casa y de la de mi mamá. Coca todos los días me llama para preguntarme si pagué las cuentas, más que para saber cómo estoy. Este año alquilé un departamento con dos dormitorios, cuando siempre lo hago de tres. Estamos un poco apretados, y para una familia ensamblada, hace que uno esté de peor talante. Antes alquilaba carpa, pero este verano no. Visito amigos para que me hagan un lugar en la suya. Pero la intención era volver a Mardel y que sea redituable, porque después se viene un año intenso. Uno ve que hay colegas que hacen gastos en viajes, despilfarran y después es difícil enfrentar lo que hay que pagar. Mi papá me preparó para eso… Tenía miedo de volver a Mar del Plata porque las temporadas anteriores no fueron fáciles. Pero creo que las épocas doradas van a volver, en la medida en que la economía se reactive. En principio, este año no se van a levantar obras de teatro, y eso ya es un buen síntoma. Pero el estar lejos de tu casa, familia, amigos tiene que ser recompensado económicamente, más allá de lo artístico. Yo trabajo para la misma empresa teatral hace varios años, y creo que si me vuelven a convocar es porque valoran lo que hago y saben lo que puedo rendir”, reconoce la hija de Juan Carlos.

Con voz propia. “Está bueno que las nuevas generaciones no tengan que sufrir. Traer lo que pasó en términos de abuso, insinuaciones o malos momentos vividos y prevenir que no siga pasando, lo celebro. En su momento, la figura de mi padre me ha sido de protección, pero eso no hizo que alguno no se desubique. Pero siempre lo frené yo, con mi lengua, y nunca le dije nada a mi papá. En mi época de vedette, se usaba el exhibicionismo como una herramienta, pero siempre dejé en claro la diferencia de lo que hacía arriba del escenario de lo que pasaba en camarines o cuando iba a cenar. En su momento, se corría el riesgo de quedarse sin trabajo y a mí no me importaba. Al hombre no le gusta ser rechazado. Y si no lo frenás, te quedás enquistado en una relación enfermiza. Incluso, si no lo podés hacer vos, hay alguien del elenco, del equipo de trabajo que lo puede hacer. Argentina es una sociedad machista aún”, apuntó. “Hay intolerancia con el que piensa distinto, sobre todo a través de las redes sociales. Yo no hago muchos móviles de televisión porque me da miedo la polémica. Construí una carrera linda, que me costó mucho y me da miedo, sinceramente”, reconoció, antes de perderse con su amor, entre las playas cercanas al puerto. 

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